Hace poco más de 28 años, en diciembre de 1994, el volcán Popocatépetl despertó. Por primera vez en 70 años arrojó ceniza y con ello se reactivó.
Y desde entonces ha tenido varios periodos de relativa calma, pero también de actividad, hasta el momento que desde diciembre de 2022 a la fecha el coloso se ha mantenido emitiendo fumarolas, explosiones, así como expulsando material incandescente y gas.
Historia del comportamiento del volcán Popocatépetl
El documento “Volcán Popocatépetl, estudios realizados durante la crisis de 1994-1995”, elaborado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) da cuenta de la actividad que ha tenido Don Goyo durante la historia del país.
Por ejemplo, se refiere que, en el año 1354, “a los treinta y un años de la fundación de la ciudad (de México), comenzó a salir el fuego del volcán. Es la mención más antigua que hayamos encontrado de acerca de las erupciones del Popocatépetl”
En el año 1512 se indica “año de 7 Navajas y de 1512… En este año les parecía que humeaban las piedras tanto que llegaba el humo al cielo… El símbolo, interpretado como el humear de las piedras, nos parece decir que permanecieron aún los efectos de la erupción del Popocatépetl”.
En el año 1665 se informa “este año, a 20 de enero, día de San Sebastián, reventó el volcán y duró en estar cayendo ceniza cuatro días”.
Además, hay anotaciones de actividad del volcán relativas a otros años como 1697, 1720, 1804 y 1827, lo que da idea de los periodos de relativa calma que tuvo el Popocatépetl durante varios años.
Por ejemplo, del año 1884 se pasa directo al periodo comprendido entre los años 1900 y 1918.
Para seguir con los años 1919, 1920, 1921 y 1925.
Y de 1925, salta hasta el periodo comprendido entre los años 1981 y 1989.
En este lapso se da cuenta de que en julio del año 1987 el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) instaló la estación sismológica telemétrica Altzomoni a 4 kilómetros de Paso de Cortés.
Y en septiembre de 1989 el Instituto de Geofísica de la UNAM instaló la estación sismológica telemétrica Tlamacas a poco más de 4 kilómetros al norte del cráter.
Estas medidas brindan una idea de qué prevención que desde esos años había en torno a la actividad del Popocatépetl.
Hasta llegar al 21 de diciembre de 1994, cuando de acuerdo con el registro a las 1:31 horas, “se registra una serie de microsismos de mayor magnitud detectados por la red de monitoreo del Popocatépetl, que marcan el inicio de una nueva actividad en el volcán. A las 1:54, un evento mayor, probablemente relacionado con la apertura del conducto volcánico, permite la salida de mayores cantidades de gas que arrastran ceniza. Al amanecer, una tenue lluvia de cenizas cae sobre la ciudad de Puebla y otras localidades cercanas”.
Así comenzó una etapa de más de 28 años de actividad de Don Goyo.
El reporte continúa: “17:00 horas. Se activan los Programas de Respuesta y Atención a la Población: en el estado de Puebla, se evacúan 23 localidades con un aproximado de 25 habitantes. Otra cantidad similar de población evacuó por sus propios medios a casas de familiares y amigos”.
Desde el 29 de abril de 1997 se registró gran actividad en el volcán.
La sucesión de tres explosiones ocasionó incendios en la zona forestal y arrojaron ceniza sobre algunas poblaciones, entre ellas Xalitzintla.
En esa ocasión, la onda de choque fue escuchada por aproximadamente 44 mil pobladores, según el Centro Regional de Prevención de Desastres de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
El 15 de diciembre del año 2000, el Cenapred advirtió actividad peligrosa en el volcán, y recomendó una evacuación preventiva.
No sucedió nada el día 15, pero el 18 de diciembre, en la tarde, una explosión voló el domo que en repetidas veces se ha formado en el cráter, y los trozos incandescentes salieron despedidos y “coronaron” la cumbre del volcán con fuego.
El 12 de mayo de 2013, la Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, informa el cambio en el Semáforo de Alerta Volcánica de Amarillo Fase 2 a Fase 3, debido a que se registró un escalamiento notable en los niveles de actividad general.
El 28 de marzo de 2019, la fase del Semáforo de Alerta Volcánica pasó de Amarillo Fase 2 a Amarillo Fase 3.
La caída de ceniza y sus afectaciones
Con el correr de los años, las constantes emisiones de fumarolas del volcán han estado acompañadas de ceniza que llevada por el viento ha caído en diversas poblaciones, no solo de Puebla, sino también de Tlaxcala, Morelos y el Estado de México.
Sin embargo, lo que en la actualidad llama la atención principalmente de los habitantes de San Nicolás de los Ranchos es el hecho de que, desde diciembre a la fecha, Don Goyo ha desplegado una actividad constante, a la que se han sumado explosiones.
Aunado al hecho de que la onda expansiva no solo cimbra el suelo, sino que alerta a los animales y ha llegado a romper los vidrios de algunas casas.
Una cosa es clara, Don Goyo nos depara una sorpresa, un panorama que permite recordar que hace 41 años el volcán Chichonal, en Chiapas, hizo erupción.
La vez que el Chichonal mató a más de 2 mil personas
El volcán Chichón o Chichonal se ubica en el noroeste de Chiapas, entre los municipios de Francisco León y Chapultenango.
Su altura es de mil 260 metros y su cráter tiene 1 kilómetro de diámetro con un estimado 200 metros de profundidad.
La noche del 28 de marzo de 1982, el Chichonal, hizo erupción y afectó a más de 20 mil personas.
El volcán Chichón, en esa ocasión, afectó sobre todo al municipio de Francisco León.
De acuerdo con registros oficiales, entre el 28 de marzo y el 4 de abril de 1982 mantuvo su etapa eruptiva más reciente.
Las explosiones más violentas del tipo pliniano se registraron los días 2 y 3 de abril de 1982, las columnas eruptivas alcanzaron hasta 32 kilómetros de altura.
La ceniza afectó a Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz y Campeche.
Oficialmente, se estimó la muerte de más de 2 mil personas y cerca de 20 mil quedaron sin hogar.
Pero esa es otra historia.