Diez años antes del socavón de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, la comunidad de Santa Cruz Mitlatongo, Oaxaca, fue devorada por fallas geológicas que causaron hundimientos durante cuatro años y crearon tres lagunas, obligando el éxodo de 330 familias por daños en sus propiedades.
El 29 de mayo de 2021, el hundimiento ocurrido en el estado de Puebla ha mantenido su crecimiento en una zona llana y urbanizada, dedicada al cultivo, que acumula más de 126 metros de su eje mayor y 110 metros de su eje menor.
Cuatro años duraron los hundimientos por la falla geológica de Mitlatongo, El UNIVERSAL narró los hechos describiendo el desastre como la "Atlántida oaxaqueña".
Sin la ayuda del gobierno, los cerca de mil personas fueron desplazadas a tres albergues instalados por pobladores de la región.
Los hundimientos fueron causados por fallas geológicas de la región montañosa de Oaxaca.
El hundimiento en la mixteca de Oaxaca dañó caminos y hogares, que puso en riesgo a la población y obligó su desplazamiento a una distancia mayor de un kilómetro de su poblado.
Mitlatongo se encuentra en el municipio de Asunción Nochixtlán, en una zona montañosa a 2 mil 80 metros sobre el nivel del mar y a 132 kilómetros de la ciudad de Oaxaca.
Los damnificados fueron 330 familias que se refugiaron en cerros y rancherías debido a que su pueblo de Santa Cruz Mitlatongo dejó de existir.
A cuatro años se convirtió en Pueblo fantasma, la iglesia estaba derruida, así como decenas de hogares que quedaron inundados por el total de tres lagunas que se formaron.
La Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional (IPN), señala a través de un estudio sobre agrietamientos, que estos fenómenos geológicos se manifiestan por una serie de grietas en el suelo que se profundizan hacia el subsuelo.
Los agrietamientos tienen forma alargada y abertura variable de unos pocos centímetros a varios decenas de centímetros. El conjunto de grietas puede adquirir una forma lineal que puede extenderse por cientos de metros a pocos kilómetros.
Los agrietamientos suelen manifestarse junto con hundimientos del suelo, socavones, colapsos del subsuelo por licuefacción, corrimientos de tierra y oquedades.
Las aberturas del subsuelo, corrimientos de tierra y desniveles del suelo, se transmiten a las edificaciones generando cuarteaduras en su estructura y desplomes. De aquí la peligrosidad de este fenómeno en las zonas urbanas.
De acuerdo con las explicaciones existentes y los resultados de estudio en el IPN, en la mayoría de los casos de agrietamientos se tiene gran influencia de la estructura del subsuelo.
La determinación de la misma en forma tridimensional con técnicas sismológicas, ha contribuido en gran manera a la comprensión del fenómeno.
El análisis del IPN señala que se han identificado los factores que controlan los agrietamientos geológicos. Se pueden conjuntar los siguientes con los ya listados de manera variada:
Las aberturas del subsuelo, corrimientos de tierra y desniveles del suelo, se transmiten a las edificaciones generando cuarteaduras en su estructura y desplomes. De aquí la peligrosidad de este fenómeno en las zonas urbanas.
Especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) identificaron que se trata de “la aparición temprana” de varios agrietamientos.
De acuerdo con planos que datan de 1937, en la zona donde ahora apareció el socavón había un ameyal, enfrente estaba un jagüey y alrededor del hundimiento hay una granja de cerdos, la empresa Volkswagen, la fábrica Merkatus, y la Ciudad Textil de Huejotzingo, y muchas otras que desfogan sus aguas residuales de manera irregular, afectando los terrenos.
Jerónimo Chavarría Hernández, académico del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó a EL UNIVERSAL PUEBLA una de las posibles causas del socavón en Santa María Zacatepec es la sobreexplotación de los mantos freáticos.
“Que sea un fenómeno natural no sé hasta qué punto se pueda considerar así, porque la sobreexplotación de los mantos no es algo natural, aunado a la existencia de un jagüey que hubo ahí hace años. Así que, es importante que se hagan los estudios geohidrológicos y con ello definir qué hacer”, señaló el especialisrta.
De acuerdo con el Gran Diccionario Náhuatl, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, un ameyal es un manantial, en tanto que los jagüeyes, también conocidos como aguajes, son ollas de agua, cajas de agua, aljibes, pozos, trampas de agua o bordos de agua.
Son depresiones sobre el terreno, que permiten almacenar agua proveniente de escurrimientos superficiales.