Cerca de 166 municipios del estado de Puebla se dedican a la apicultura, lo que permitió que en el año 2022 se obtuviera una producción de 2 mil 449 toneladas de miel y, con ello, posicionar a la entidad en el octavo lugar a nivel nacional.
De acuerdo con cifras del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), los principales productores de miel se localizan en Cuetzalan del Progreso, Atlixco, Acatzingo, Chalchicomula de Sesma, Izúcar de Matamoros, Puebla, Tlacotepec de Benito Juárez, Pantepec, Huauchinango y Pahuatlán.
En conjunto, suman 100 mil 076 colmenas, lo que permite que los apicultores poblanos obtengan más de 108 millones de pesos para sus familias.
Además, se reportan 88 Unidades de Producción de Abejas con reconocimiento en Buenas Prácticas Pecuarias.
La apicultura en México suma ingresos por más de 110 millones de dólares al año, de acuerdo con estadísticas de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y una producción promedio anual de miel en entre 50 a 60 mil toneladas, de la cual el 50 por ciento es para la exportación.
Con el trabajo de más de 50 mil familias productoras, y con más de dos millones de colmenas, el país ocupa el octavo sitio como productor en el mundo, y tercero como exportador.
En la publicación “Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores”, publicado en enero de 2021 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal, la producción de miel a nivel mundial enfrenta diversas amenazas.
Los polinizadores nativos de nuestro país incluyen a varias especies de abejas solitarias, abejorros y las abejas sin aguijón, mismos que con el trabajo de polinización contribuyen a muchos cultivos como el chile, jitomate, tomate milpero, frijol, calabazas, chayotes, pepino, agaves y cítricos, entre otros.
Además, estudios demuestran que la presencia de polinizadores en los campos de cultivo incrementa el rendimiento de los mismos, al presentar un mayor número de semillas producidas por planta, en comparación con el tratamiento con ausencia de polinizadores.
De ahí la importancia de los polinizadores, como las abejas, pues más del 85 por ciento de las especies de plantas utilizadas en territorio azteca dependen de polinizadores.
Las comunidades de especies de abejas son afectadas negativamente por la pérdida de hábitat causada por la intensificación de la agricultura y factores ambientales como cambios en el régimen de lluvias, lo que modifica los patrones fenológicos de las especies de plantas, limitando los recursos florales de los que dependen las abejas.
Otros factores en contra, y que son causa de la pérdida de colmenas, son los cambios de uso de suelo, mal manejo de los polinizadores, la pérdida de recursos florales, el aumento en el uso indiscriminado de plaguicidas, la presencia de parásitos y patógenos emergentes, pérdida de biodiversidad por implicaciones económicas y sociales.
No cuidar de las abejas representaría severas consecuencias para los seres humanos, toda vez que la polinización es un proceso fundamental para los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres.
Cerca del 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse, y el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización, lo que significa que el trabajo de las abejas contribuye directamente a la seguridad alimentaria.