Estado

La leyenda de la mujer dormida, el volcán que podría despertar junto al Popo

Te contamos la historia de amor entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, un mito de origen prehispánico

El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, los volcanes más famosos de México, cuentan una trágica historia de amor de origen prehispánico | Foto: Agencia Es Imagen para El Universal Puebla
26/05/2023 |09:13Alejandro Villegas |
Alejandro Villegas
RedactorVer perfil

La leyenda de la mujer dormida, ligada a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, ha sido objeto no solo de fotografías, sino de innumerables pinturas y litografías.

Las imágenes de sus personajes durante décadas han trascendido fronteras y se encuentran por doquier.

El Guerrero Popocatépetl y la princesa Iztaccíhuatl

La leyenda data de la época prehispánica, cuando los aztecas tenían un amplio dominio sobre otros pueblos.

De acuerdo con el relato, un cacique tlaxcalteca decidió rebelarse contra los opresores aztecas y luchar por la libertad de su pueblo.

La hija del cacique se llamaba Iztaccíhuatl, quien se enamoró del guerrero Popocatépetl. 

La relación contaba con la anuencia del cacique, por lo que contraerían matrimonio.

Pero Popocatépetl tuvo que unirse al ejército tlaxcalteca para enfrentar a los aztecas.

La unión del guerrero y la princesa se acordó para el regreso del combate de Popocatépetl.

La princesa Iztaccíhuatl esperaría para consumar la unión.

Pasado el tiempo, la princesa fue informada sobre la muerte del guerrero en combate con los aztecas.

El impacto de la noticia provocó que la princesa cayera en un sueño profundo.

A su regreso, Popocatépetl fue informado del fallecimiento de Iztaccíhuatl.

Llevado por el amor que sentía por la princesa, tomó entre sus brazos el cuerpo de Iztaccíhuatl, lo llevó a la cima, donde lo recostó, no sin darle un beso con el que selló un pacto.

Popocatépetl tomó una antorcha y se arrodilló frente a su amada, para velar su sueño eterno.

Desde entonces el Popocatépetl permanece humeante, velando el sueño de la princesa Iztaccíhuatl. 

Ambos se convirtieron en los volcanes que se aprecian en el horizonte y dan testimonio de su amor.

La mujer dormida Iztaccíhuatl custodiada por Popocatépetl cuya antorcha aún humea y da cuenta de su compromiso perenne de velar el sueño de su amada.

Una leyenda tlaxcalteca, muy poblana.