La ivermectina es un medicamento antimicrobiano que debe usarse de manera responsable, pues las bacterias pueden desarrollar resistencia y hacer que estos medicamentos sean ineficaces con el tiempo, alertó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Esta advertencia se hizo en junio del 2020, luego de recibir múltiples reportes de que en algunos países se estaba haciendo uso de este medicamento contra el Covid-19, pese a no haber sustento científico.
“La ivermectina se está usando incorrectamente para el tratamiento de Covid-19 sin ninguna evidencia científica de su eficacia y seguridad para el tratamiento de esta enfermedad. Para empeorar las cosas, la ivermectina inyectable en formulación para uso veterinario se ha utilizado erróneamente para el tratamiento de Covid-19”, informó también la Secretaría de Salud federal en un comunicado que puso a disposición de todo el personal médico de México.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, existen fórmulas de ivermectina para animales que se usan para tratar o prevenir los parásitos.
En el caso de los seres humanos, las tabletas de ivermectina están aprobadas en dosis muy específicas para tratar algunos gusanos parásitos y formulaciones tópicas para poner sobre la piel en el tratamiento contra los piojos y las afecciones cutáneas como la rosácea.
La FDA también informó que recibió múltiples informes de pacientes que han requerido atención médica, incluida la hospitalización, tras automedicarse con ivermectina destinada al ganado.
Estudios internacionales refieren que los efectos adversos por usar la ivermectina sin supervisión médica son: náuseas, vómitos, diarrea, presión arterial baja, reacciones alérgicas, mareos y ataxia (problemas de equilibrio).
Así como dolor o hinchazón estomacal, estreñimiento, debilidad, somnolencia, temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo, molestias en el pecho, convulsiones, coma e incluso la muerte.
Lo anterior, principalmente porque se identificó que el uso de la ivermectina en algunos países fue en su fórmula para animales, cuya dosis es muy tóxica para el ser humano.
Actualmente en México hay una polémica por el uso de ivermectina, principalmente entre los capitalinos, luego de que se conoció el pasado fin de semana un artículo del sitio SocArXiv Papers llamado "La ivermectina y las probabilidades de hospitalización por Covid-19: evidencia de un análisis cuasi-experimental basado en una intervención pública en la Ciudad de México”, el cual ya fue eliminado.
En redes sociales, los usuarios demandaron una explicación del análisis “cuasi experimental” que aprobaron José Merino, Eduardo Clark, Lila Petersen y Saúl Caballero de la Agencia de Innovación Pública (ADIP).
Así como por Oliva López, secretaria de Salud de la Ciudad de México; Víctor Hugo Borja, que fue funcionario de INSABI en la CDMX y hoy es titular de la Unidad de Educación e Investigación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Jorge Alfredo Ochoa Moreno, director general de Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México.
A decir del sitio SocArXiv Papers, el artículo se eliminó porque difundía información errónea -promoviendo un tratamiento médico no probado en medio de una pandemia mundial-, y es potencialmente más dañino que otros que el sitio haya alojado.
Desde el segundo semestre del 2020 hasta septiembre de 2021, el gobierno de la Ciudad de México entregó 196 mil 432 kits de salud que contenían ivermectina para prevenir y tratar a los enfermos de Covid-19 en sus casas, pese a no estar aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS.
Por la compra de este medicamento, el gobierno de la capital del país hizo una inversión de más de 29 millones 290 mil pesos para cerca de 300 mil cajas de ivermectina, 100 mil cajas de ácido acetilsalicílico y 93 mil cajas de azitromicina, el cual es otro medicamento no aprobado por organizaciones internacionales para el tratamiento contra el Coronavirus.