Los trayectos entre la Ciudad de México y Puebla son cotidianos gracias a las vías de comunicación existentes, las cuales guardan varios años de historia.
La carretera federal México- Puebla, por ejemplo, cumplirá sus primeros 100 años de vida en 2027 y los cambios que ha tenido son notables.
Por su parte, la autopista se inauguró en 1962 y también tiene un trayecto y un paisaje que han cambiado con los años.
La historia de ambas vías de comunicación es uno de los temas favoritos de los aficionados a la historia en grupos de Facebook como Puebla Antigua.
Ahí, se han retomado tanto experiencias y fotografías personales, como documentos formales con estudios históricos.
Carretera federal México-Puebla
Sobre la carretera federal, destacan estudios realizados por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México que señalan que fue con Porfirio Díaz cuando el camino fue cedido para que lo aprovecharan particulares que cobraban en varios tramos.
Para 1921, sin embargo, se determinó que el camino tendría que ser de carácter federal.
Así que en 1926 ya se anunciaba la construcción de una carretera que se concluyó un año después y de la que incluso existen algunos mapas comerciales.
Entre las curiosidades de ese trayecto destaca que la ciudad de Puebla terminaba en lo que hoy conocemos como Puente de México, a la altura de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas.
Otras fotografías antiguas muestran campos de cultivo que aún se veían a la llegada a San Pedro Cholula y que el camino hacia Huejotzingo estaba lleno de árboles que incluso hacían parecer algunas partes como un túnel.
Autopista México-Puebla
La inauguración de la autopista, en 1962, fue un proyecto que se realizó como parte del centenario de la Batalla del 5 de Mayo.
Cuando los primeros automovilistas cruzaron la autopista había dos carriles de ida y otros dos de vuelta, en el camellón tenía arbolado y plantas, además de lucir paisajes sin construcciones.
Hacia la Ciudad de México, por ejemplo, era posible ver con claridad los volcanes casi desde cualquier punto, como lo retrató una postal que se comercializó sobre Puebla.
En tanto que hacia Veracruz, todavía en los setentas cuando aún no iniciaba la construcción del Estadio Cuauhtémoc, se veía un terreno plano y también la Malinche sin urbanización.