La actividad del volcán Popocatépetl es altamente riesgosa para quienes se encuentren en sus faldas. Sin embargo, antes de estas restricciones, Don Goyo albergó algo inesperado que descubrió un explorador y del que obtuvo una foto inédita.
El Popocatépetl es el segundo volcán más alto de México, con una altura de 5,452 metros sobre el nivel del mar. Por años, ha sido considerado uno de los más peligrosos del mundo debido a su cercanía a zonas densamente pobladas.
El “Popo” está clasificado como un estratovolcán, es decir, que está compuesto por diferentes capas formadas en cada una de las muchas fases de su larga vida eruptiva, que ha durado miles de años.
Algunos vulcanólogos aseguran que el volcán tiene una edad de 730,000 años, por lo que es considerado un volcán joven.
Luego de que en 1927 ocurriera una erupción significativa, durante su periodo de reposo, se suscitó una formación geológica que originó un lago turquesa dentro del cráter principal del volcán.
La fotografía única de este lago fue tomada por Hugo Delgado-Granados, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y nos permite apreciar la laguna oculta en lo profundo del cráter, rodeada de gases volcánicos.
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Sin embargo, eso no es todo. En aquel entonces, cuando aún existía el lago turquesa del Popocatépetl, Fernando Lozano, el primer mexicano en bucear en la laguna del cráter del volcán, realizó una expedición en 1984.
Según un video compartido por Zona de Buceo Mahahual, Lozano permitió la realización de una inmersión con equipo de buceo autónomo en el interior del lago, que en su momento rompió la marca mundial de buceo de extrema altitud.
En el video, se relata que la temperatura del agua en aquel entonces era de 23.9 grados centígrados, lo que permitió bucear a pesar de la altitud.
El 23 de julio de 1994, el coloso despertó con fuertes fumarolas; mientras que el 21 de diciembre de ese año, inició una serie de pequeñas erupciones, con temblores locales y una lluvia de polvo y ceniza que cayó en la zona metropolitana de Puebla.
Después de esa erupción, el lago se extinguió por completo.
Asimismo, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) instaló las primeras estaciones de monitoreo del volcán Popocatépetl en 1994, tras el reinicio de su actividad eruptiva.
La actividad del coloso se mantuvo, y el 5 de marzo de 1996, se registró el inicio de un nuevo episodio de actividad con nuevas emisiones de ceniza comparables a las de diciembre de 1994.
Desde entonces, su actividad se ha caracterizado principalmente por la formación de domos de diferentes tamaños y su consecuente destrucción a través de eventos explosivos.
De acuerdo con el mapa de peligros, elaborado con base en los vestigios de erupciones pasadas y el monitoreo del volcán durante más de 28 años de actividad reciente, se ha determinado que la zona más peligrosa está dentro de los primeros 12 kilómetros a partir del cráter.