Bajo el cobijo de un cielo nublado, en el municipio de Atlixco, se llevó a cabo la edición 57 del Festival Huey Atlixcáyotl, una de las celebraciones dedicadas a las danzas regionales indígenas del estado, que se vio interrumpido durante dos años de pandemia.
Los cientos de espectadores, autoridades locales, estatales y representantes de los tres Poderes del Estado, desde las 10:00 horas tomaron sus lugares en la plaza ubicada en el Cerro de San Miguel, el punto más alto de este Pueblo Mágico.
Como primer paso, el gobernador Miguel Barbosa llevó a cabo el corte de listón para dar por inaugurado el Huey Atlixcáyotl, que en náhuatl significa Fiesta grande.
Posteriormente, hizo la coronación de la Xochicihuatl 2022 (Mujer Flor) y las dos Xochipilme (princesas), quienes a su vez y en respuesta, le entregaron el bastón de mando.
Tras el acto protocolario, comenzaron las danzas, ceremonias y rituales que conforman este festival, organizado desde 1965 por el etnólogo estadounidense Raymond Harvy Estage Noel, mejor conocido como “Cayuqui”, quien al conocer Atlixco quedó enamorado de sus costumbres y tradiciones ancestrales.
Durante más de tres horas, los asistentes disfrutaron de danzas con la presentación de los anfitriones, quienes compartieron la danza de Chinas y Charros de a pie, así como la danza del Convite, en la cual regalaron fruta y bebida a los presentes.
Le siguieron los danzantes de huapangos, danza de Valle Centrales, baile del fandango de Santa Lucero, danza de Los Colorados del Rosario de Chichiquila, danza de Huehuetones, danza El Casamiento y las plantas medicinales, danza de Los Toriteros, danza tradicional de Tejoneros y de Los Negritos, entre otras más.
Con los danzantes de Pantepec se representó una ceremonia indígena, mientras que los danzantes de Nealtican, representando a la región de Los Volcanes, celebraron una boda indígena donde los novios estuvieron acompañados por sus respectivos padres y compadres; además, recibieron la bendición del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza.
Durante el desarrollo de esta fiesta, en una parte de la explanada lució un macetero café hecho de mimbre, mismo que simboliza el lugar donde arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron vestigios históricos durante los trabajos de la remodelación de la plazuela.
El hallazgo consistió en tres cuerpos de niños en forma fetal y con algunos artículos muy decorados y que de acuerdo con los antropólogos, los restos podrían tratarse de una familia de casta noble.
De esta manera se dio a conocer que una vez que concluya el Festival Huey Atlixcáyotl, personal del INAH continuará con el rescate y mantenimiento de la plazuela del Cerro de San Miguel.
Después de dar a conocer esa información a los asistentes, el desfile de danzantes continuó, todo bajo las notas de las cuerdas de guitarras y violines, a veces también de los tambores y flautas de carrizo.
Niños y jóvenes, guiados por los adultos, participaron en estas danzas donde los trajes regionales, vestidos llenos de colorido, sombreros de palma, calzones de manta, paliacates rojos, rebozos y huaraches fueron el común denominador.
De la misma manera, accesorios que incluyeron espejos, plumas, flores y listones de varios colores que vistieron el cerro de San Miguel, donde se cree que bajo varios metros de tierra se encuentra una pirámide dedicada a Quetzalcóatl, antes de la evangelización que hicieran los españoles.
El Huey Atlixcáyotl se celebra el último domingo de septiembre, con la presencia de danzantes de las 11 regiones del estado: Valles Centrales, Los Volcanes, Tierra Caliente, Mixteca Poblana, Región Popoloca, Cañada Poblana, Sierra Negra, Los Llanos, Totonacapan Poblana, Sierra Norte y Huasteca Poblana.