Según la vulcanología, hay distintas erupciones que pueden presentarse y pueden ser pequeñas, medianas y grandes.

Las erupciones pequeñas presentar columnas menores a 10 kilómetros de altura, ocurren con mayor frecuencia y representan el escenario de mayor probabilidad.

Las erupciones medianas con columnas eruptivas de entre 10 y 20 kilómetros son menos frecuentes aunque más grandes y representan el escenario de probabilidad intermedia.

Mientras que las erupciones grandes a muy grandes son aquellas con columnas eruptivas mayores a 20 kilómetros, con una menor probabilidad de ocurrencia, pero altamente destructivas.

En el caso del volcán Popocátepetl no se puede predecir cuándo podría presentarse una erupción ni el tamaño ni las afectaciones, por ello, las acciones de prevención son lo más importante, han reiterado las autoridades.

En el remoto caso de que se presente una erupción grande a muy grande, ésta vendrá precedida de numerosos eventos precursores.

De acuerdo con las proyecciones en el mapa de riesgos elaborado por la Coordinación Nacional de Protección Civil, habría avalanchas y caída de balísticos en escenarios de menor, media o mayor probabilidad.

También habría flujos piroclásticos y oleadas, piroclásticas, áreas expuestas a peligro de lahares, derrame de lavas y caída de ceniza.

Los lahares son flujos de lodo, por la mezcla de bloques, ceniza y cualquier otro escombro volcánico con agua, que puede producir unas avenidas muy potentes, con un poder destructivo similar o incluso mayor a los flujos piroclásticos, y por lo general de mayor alcance, pues pueden recorrer decenas de kilómetros.

Mientras que los flujos piroclásticos consisten en avalanchas formadas por mezclas de fragmentos de lava, ceniza volcánica (magma finamente fragmentado), gases muy calientes, que se deslizan cuesta abajo por los flancos del volcán a grandes velocidades y pueden llegar a ser muy destructivas y peligrosas.

Estas avalanchas de material magmático, gases calientes y fragmentos de roca también reciben varios nombres, como nubes ardientes o flujos de ceniza caliente.

Estos peligros afectarían a comunidades de los municipios de Atlixco, Huaquechula, Tianguismanalco, Santa Isabel Cholula, Coronango, Domingo Arenas, Nealtican, San Andrés Calpan, Cuautlancingo, Tochimilco y Atzitzihuacán, principalmente.

En el caso de la ciudad de Puebla, ninguno de los peligros arriba mencionados tendría afectaciones debido a la distancia que hay del coloso, salvo la caída de ceniza.

El peligro por caída de cenizas no se incluye, pues toda el área del mapa que muestra la Coordinación Nacional de Protección Civil es susceptible a este fenómeno, dependiendo de la dirección del viento en el momento de la erupción.

En la ciudad de Puebla el escenario de mayor probabilidad sería la caída de ceniza de 1 milímetro de espesor. La ceniza volcánica con fragmentos de tefra o piroclasto con tamaño entre 0.004 mm y 2 milímetros.

El mapa de riesgos está disponible para consulta de toda la población en la página:

Cabe resaltar que todos estos escenarios son sólo una probabilidad, pues la actividad actual del volcán Popocatépetl se mantiene sin mayores cambios y el semáforo continúa en amarillo fase 3, por lo que no hay evidencia alguna que permita pronosticar una contingencia mayor ni condiciones de alarma.

En tanto, la población debe seguir todas las recomendaciones que han dictado las autoridades como el uso de cubrebocas, gafas, ropa de manga larga, restringir las actividades al aire libre, barrer las cenizas, mantener puertas y ventas cerradas de las viviendas y también proteger a las mascotas.

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