La violencia contra las mujeres no solo se limita a golpes y gritos.
Hay una variante que regularmente pasa desapercibida, pero que siempre está presente: la microviolencia de género.
Los expertos la definen como aquellas pequeñas actitudes cotidianas que están encubiertas de agresión.
Indican que estos comportamientos son aceptados socialmente como válidas.
Sin embargo, los especialistas aseguran que no contemplan las consecuencias emocionales en las personas que las reciben.
La microviolencia de género, es tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta, pero contribuyen a perpetuar los roles de género, el machismo, el abuso de poder, y la hipersexualización.
Los expertos apuntan que este tipo de violencia de género es una limitación en la libertad, la toma de decisiones, el tiempo y el espacio.
Las consecuencias, advierten, son la disminución de la autoestima, sentimientos de vulnerabilidad y desconfianza en sí mismo, produciendo un aumento de jerarquía de poder.
Microviolencias más recurrentes