En San Miguel Canoa, junta auxiliar del municipio de Puebla, operan varias bandas delictivas, la mayoría enfocadas al narcomenudeo, robo en diversas modalidades e incluso secuestros.

Lo que quedó en evidencia tras el enfrentamiento armado entre dos grupos criminales dedicados a la venta de sustancias ilícitas en un picadero, lo que dejó un saldo inicial de seis muertos y dos heridos este 23 de octubre.

Cabe mencionar que Canoa pese a ser una localidad rural y contar con pocas vías de comunicación, en el pasado reciente se ha convertido en refugio y lugar de operación de varias bandas.

Entre los habitantes de Canoa y La Resurrección, ya que ambas juntas son limítrofes, existe la percepción de que hay grupos que operan en la zona para delinquir prácticamente todos los días.

En términos generales, advierten que cuentan con personas que se dedican a vigilar, identificados popularmente como halcones, y que tienen vehículos para su desplazamiento en células a fin de cometer ilícitos.



Ante esa situación, los habitantes de San Miguel Canoa en más de una ocasión han evaluado la conveniencia de imponer un toque de queda.

Recientemente, en junio de 2023, se realizaron varios operativos sobre la carretera de acceso a San Miguel Canoa con el propósito de checar automóviles, pipas de gas y transportes de carga.

De acuerdo con registros periodísticos, en 2019 operaba una banda conocida como Los Changos, que se dedicaba al asalto de transportes y negocios, además de distribución de drogas.

Asimismo, se encontraba la llamada banda Lokos 13, cuyos integrantes además de acosar a mujeres, la mayoría estudiantes, asaltan, golpean a transeúntes y se dedican al robo de casas.

En términos generales, a partir de información que en su momento se difundió por el Grupo Guacamaya, no se puede descartar la presencia de células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Sinaloas y Los Croquis, así como de otros grupos criminales de menor tamaño como Los Oropeza.

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