El fenómeno de la migración, principalmente de Centroamérica a Estados Unidos, tiene su origen por diversos factores y motivaciones multicausales, desde pobreza, desigualdad, falta de oportunidades, impactos del cambio climático en las zonas rurales, reunificación familiar y la violencia generalizada.
Los migrantes cruzan por México para llegar al país vecino del norte, pero desde 2018 se comenzó a notar que el suelo azteca dejo ser sólo un país de tránsito para convertirse también en uno de destino, debido a las dificultades existentes para llegar a territorio estadounidense.
Información emitida en el boletín del Grupo de Protección Regional sobre Riesgos, Emergencias y Desastres para América Latina y el Caribe, liderado por el Consejo Noruego para Refugiados y apoyado por otras organizaciones humanitarias, identifica los Riesgos de Protección en las Rutas Migratorias.
En el informe se señala que de Guatemala para llegar a la zona norte México y sur de Estados Unidos, los migrantes avanzan por las siguientes rutas:
-Ruta del sureste: de Tenosique a Tierra Blanca
-Ruta del suroeste: de Tapachula a Medias Aguas
-Ruta del centro: de Medias Aguas a Querétaro
-Ruta del noreste: de Querétaro a Ciudad Acuña
-Ruta del norte: de Querétaro a Ciudad Juárez
-Ruta del noroeste: de Querétaro a Tijuana
En el caso de la Ruta del Centro involucra territorio poblano, toda vez que los migrantes parten de Medias Aguas, Oaxaca rumbo a Querétaro.
El trayecto comprende los puntos de Chauites, Oaxaca a Tehuacán, Puebla, siendo las localidades de El Escopetazo y La Tembladera las de alta peligrosidad.
De Oaxaca también pueden partir a Tierra Blanca y Orizaba, Veracruz, para internarse en Tehuacán, Puebla y continuar por Huehuetoca hasta llegar a Querétaro.
Hay quienes pasan por la zona de Esperanza, Tecamachalco, Acatzingo, Los Reyes de Juárez y Tehuacán para adentrarse a Veracruz y llegar a Tamaulipas, donde hay tres puntos para poder cruzar a Estados Unidos.
El documento refiere que todas las rutas tienen sus particularidades y todas presentan un alto nivel de peligro en suelo mexicano.
Se identificó, de acuerdo con entrevistas a migrantes en tránsito, los principales delitos que sufrieron en México en 2020, fueron robos, secuestro, trata de personas y extorsiones.
En el caso de Puebla señalaron que fueron víctimas de extorsión, robos y eventos de detención de migrantes reportadas por el Instituto Nacional de Migración.
Por estos hechos se identificaron 42 casos en el 2020, pero no se pudo contar con datos desagregados que permitan dimensionar los principales hechos violentos que sufren de acuerdo con la edad, sexo, nacionalidad y ruta migratoria emprendida.
Las mujeres migrantes en situación irregular en tránsito hacia Estados Unidos y México durante la ruta migratoria sufren una situación de vulnerabilidad frente a contextos de violencia física, psicológica y sexual, tanto por parte de los agentes estatales como de los propios tratantes o “coyotes”.
Además, la clandestinidad que rodea a estas rutas hace que estos delitos queden impunes.
Dentro de los obstáculos más comunes que se pueden observar en el corredor migratorio son las barreras de lenguaje, violencia, exposición a quedar en las redes de crimen organizado, puntos de saturación como en Tapachula, Tijuana y Matamoros y dificultad para obtener empleos temporales.
