El Servicio Médico Forense (Semefo) de México también tiene un pasado.

No siempre ha sido, como lo conocemos en nuestros días, una ciencia especializada en el estudio de los cuerpos sin vida con el propósito de la impartición de justicia.

A mediados del siglo XIX, el Servicio Médico Forense tuvo sus orígenes con el inicio de la medicina legal en México.

Sin embargo, no era una ciencia especializada ni establecida.

Cuando necesitaban estudiar un cadáver, los Jueces del Tribunal le solicitaban a la entonces Universidad Nacional de México la asignación de médicos para cubrir dichas funciones periciales.

En 1880, entró en vigor la Ley de Organizaciones de Tribunales del Distrito Federal y del Territorio de Baja California.

Dicho mandato consideraba como auxiliares de la administración de justicia a los peritos, médicos legistas y al Consejo Médico Legal.

En 1903, la Ley de Organización Judicial en el Distrito y Territorios Federales fue expedida y señalaba como responsables de la administración del servicio médico legal a los médicos de comisaría, los de hospitales, los de cárceles y los peritos médico legistas.

El primer edificio del país dónde se implementó el Servicio Médico Forense se construyó en 1959 y fue puesto en servicio el 24 de septiembre de 1960, en la administración del presidente Adolfo López Mateos.

En Puebla, el edificio del Servicio Médico Forense del estado se ubica sobre la avenida 11 Sur, a la altura de la colonia Guadalupe Hidalgo de la capital.

En un principio era operado por el personal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del estado.

Sin embargo, en febrero del 2020, pasó a manos de la Fiscalía General del Estado (FGE), quien se encarga de su funcionamiento.

De acuerdo con el organismo, el Semefo recibe al día en promedio hasta 15 cadáveres debido a que también llegan de la zona metropolitana.

Google News

TEMAS RELACIONADOS