Los huehues son una imagen icónica de los carnavales, fiestas patronales y celebraciones populares en Puebla.
Su vestimenta y movimientos otorgan un sentido especial a la conmemoración, al grado tal que podría afirmarse que sin huehues no hay carnaval. Forman parte de la esencia de la festividad y, por tanto, están plenamente identificados con la algarabía popular.
Sus capas, las plumas y las máscaras, además del sonido de los instrumentos musicales como guitarras, violines, la flauta y las percusiones, captan la atención de propios y extraños por su espontaneidad y desenfado. Un comportamiento que invita al disfrute de la fiesta popular, alejado de toda serie de estereotipos sociales.
La palabra huehues proviene de un vocablo náhuatl que significa “viejo”. De acuerdo con la tradición, antaño, integrantes de los pueblos originarios se disfrazaban de viejos para celebrar y beber pulque, una bebida destinada solo a los mayores de edad.
Además, enfundados en sus disfraces, de alguna forma se burlaban de los españoles y sus tradiciones, por lo que se caracterizaban de manera muy peculiar.
A lo largo de la historia de la ciudad, la tradición de los grupos de huehues, que se organizan de manera espontánea o formal, se ha mantenido en los barrios de Puebla.
Su presencia es habitual en los barrios de El Alto, Analco, Xonaca y La Luz, que eran habitados por los indígenas de la ciudad, y año con año, en el marco de la celebración del carnaval, transitan por las calles para impregnar a los viandantes y a quienes se dan cita para verlos de su alegría.
Los grupos de huehues, por tanto, son un elemento de identificación fundamental del carnaval y, por ende, de Puebla. Las cuadrillas de huehues lejos de desaparecer con el paso del tiempo, se han fortalecido no solo en la ciudad de Puebla, sino también en otras localidades en las que se celebran carnavales.
De hecho, en gran parte del territorio poblano, previo al inicio de la cuaresma, se celebran carnavales, aunque hay algunos destacados como los de San Pedro Cholula, Tetela de Ocampo, Acatlán de Osorio, Huauchinango y el más característico, el de Huejotzingo.
La vestimenta de los huehues es espectacular y ha evolucionado con el paso de los años. Las capas, sombreros, plumas, bordados y los colores se mezclan para proyectar una imagen peculiar de fiesta que caracteriza a los carnavales poblanos.