El 28 de abril de 2017, María Luisa Núñez Barojas se comunicó por última vez con su hijo Juan de Dios Núñez Barojas, tras ser detenido en un retén.
Estuvo desaparecido casi cinco años y este viernes 18 de febrero se confirmó que él y sus acompañantes están muertos.
Ese día, el joven salió a comer con los hermanos Vicente y Abraham Basurto Linares, ambos militares, y de regreso fueron interceptados en un operativo realizado en el municipio huachicolero de Palmar de Bravo.
Tenían 23, 25 y 29 años, respectivamente, al momento de la desaparición y la falta de resultados en las investigaciones llevó a sus madres a manifestarse el 10 de mayo de 2018 frente a la Fiscalía General del Estado (FGE).
A la larga su movimiento tomó el nombre del Colectivo Voz de los Desaparecidos, sumaron centenas de casos y en conjunto con la Universidad Iberoamericana Puebla, propusieron una ley que en 2020 fue delegada para aprobar la del Ejecutivo.
Frente a la misma FGE, hoy La madre de Juan de Dios confirmó que fueron identificados los cuerpos y que ni ella ni la madre de Vicente y Abraham volverán a ver a sus hijos.
"Me hubiera gustado ver a mi hijo nuevamente con su sonrisa, verlo jugar, bromear con sus amigos, con Abraham, con Vicente y pues lamentablemente esto ya no fue posible, la delincuencia, este maldito Estado, nos arrebataron a nuestros hijos", dijo en un acto simbólico.
La activista reconoció que si algo funciona y merece aún más recursos dentro del aparato de gobierno es el Instituto de Ciencias Forenses que permitió el hallazgo, donde les dieron un trato humano.
Asimismo reconoció que la desaparición de Juan de Dios marcó un precedente en las exigencias de justicia para los desaparecidos y que la lucha debe continuar por el resto de expedientes que aún tiene Puebla
En el acto, una de las madres de los cientos de desaparecidos pidió a Nuñez Barojas que no los deje solos en la lucha y ella respondió que, pese a todo, ahí encontró una familia.