Restos de braseros prehispánicos han sido hallados por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes realizan trabajos de rehabilitación de la Escalinata del Pocito, en la pirámide de Cholula.
Mariana Toledo Mendieta, arqueóloga responsable de los trabajos por el INAH, explicó que el hallazgo tuvo lugar en un espacio que se cree fue un descanso en el talud del Tlachihualtépetl o “cerro hecho a mano”, en náhuatl.
En el sitio se localizó una acumulación inusual de material cerámico que, una vez analizado, probó corresponder a restos de braseros prehispánicos.
Aún no se ha determinado su antigüedad y si tenían una función ritual o se trataba de luminarias de la pirámide, pero lo que es seguro es que hubo un uso sostenido del fuego en este sitio y que, al momento en que uno de los braseros se quebraba, en vez de retirarlo, colocaban otro encima de él.
También se encontró la preforma de una escultura cilíndrica en piedra blanca, de 30 centímetros de altura, que representa a Tláloc, dios de la lluvia, reconocido por sus características anteojeras y por el diseño de sus colmillos.
Tanto los fragmentos de los braseros como la escultura son resguardados en un laboratorio temporal y una vez que concluya los trabajos de rehabilitación de las escalinatas, serán entregados al Centro INAH Puebla.
Este hallazgo se suma a los primeros descubrimientos que se hicieron en diciembre de 2022 en la escalinata, ubicada al costado oriente de la Gran Pirámide de Cholula.
En aquella ocasión se trató de un núcleo de adobe que correspondería al relleno de la quinta etapa del basamento, fechada hacia finales del periodo Clásico en esta región (100-600 d.C.).
La arqueóloga Mendieta entonces explicó que dicho núcleo es evidencia del proceso constructivo usado por los antiguos cholultecas para expandir su monumento.
Cabe recordar que fue en diciembre de 2022 cuando el INAH inició los trabajos de rehabilitación de la Escalinata del Pocito, para devolverle su integridad.
La Escalinata del Pocito, cuyo nombre deriva de una capilla que, según la tradición, fue erigida sobre una fuente de agua milagrosa, reporta 70 por ciento de avance en su rehabilitación, emprendida para atender los daños derivados del sismo de 2017 y por el paso del tiempo.
La principal afectación causada por los sismos de 2017 fue la separación de una junta constructiva que afectó una porción de la escalinata, pero que ya fue atendida.
Para inicios de marzo de 2023, se prevé continuar en los acabados de la escalinata y consolidaciones en los sitios donde el núcleo piramidal había quedado expuesto y serán protegidos con una geomalla y cubiertos por una flora compuesta por suculentas, especie de raíces cortas que requiere poca agua y mantenimiento menor para su subsistencia.