Para las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, las familias en México acostumbran preparar diversos platillos como el pavo, relleno o solo envinado, pierna enchilada, lomos de cerdo rellenos o mechados, pescado, pollo rostizado o jamón ahumado.
Las preferencias varían según las zonas del país; en los estados del norte, es más común el consumo de pavo relleno, en la zona centro, la pierna, en los litorales, el pescado, y en la zona sur, la carne de cerdo.
Según la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) del gobierno del estado, Puebla ocupa el segundo lugar nacional en producción de guajolote, con casi 3 mil 86 toneladas anuales y un valor de producción de 149 millones 599 mil pesos en 2022.
Yucatán encabeza la lista con 5 mil 86 toneladas, seguido por Puebla con 2 mil 690 toneladas, Estado de México con 2 mil 235, Veracruz con mil 411 toneladas y Tabasco con mil 212 toneladas.
En Puebla, la producción de carne de pavo se realiza en 193 de los 217 municipios del estado. Los 10 municipios con mayor producción son, en orden de importancia:
En cuanto a los municipios con menor producción de carne de pavo, con apenas 1.5 toneladas, se encuentran Cuautinchán, San Matías Tlalancaleca y Tlaltenango.
Los pavos al natural pesan de 4 a 9 kilos en promedio, con un costo de 92 pesos por kilo, lo que representa un aumento del casi 70 por ciento en comparación con el costo de 55 pesos por kilo en 2022. En el caso del pavo ahumado, el costo promedio es de 150 pesos por kilo, variando entre 130 y 180 pesos por kilo.
El Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) destaca que el pavo es un alimento típico de las festividades navideñas y posee propiedades nutricionales significativas:
El pavo no solo es una deliciosa fuente de proteínas, sino que también proporciona nutrientes que previenen enfermedades y promueven un estilo de vida saludable. Además, es fácil de preparar y servir como cualquier otra carne.