Pasando las celebraciones de los fieles difuntos, los mexicanos de inmediato piensan en las fiestas decembrinas, en colocar el árbol de Navidad y el nacimiento, por lo cual El Universal Puebla te comparte información de dos municipios donde los artesanos hacen magia con sus manos y elaboran nacimientos de distintos tamaños.
Ambas son localidades que con el paso de los años han ganado fama por sus talleres artesanales, mismos que desde septiembre pasado comenzaron con la elaboración de miles de piezas de distintas, formas, tamaños, colores y diseños, para cumplir con el gusto de los clientes.
Se trata de los municipios de Amozoc y de Tepeaca, hasta donde llegan compradores de diversas partes de la República Mexicana para abastecerse y vender en la próxima temporada decembrina.
Los talleres se encuentran cerca de la ciudad de Puebla, están abiertos todos los días y ofrecen precio de mayoreo y menudeo. La mayoría son piezas elaboradas con yeso, pero también podrás encontrar, en menor cantidad, de fibra de vidrio.
Nacimientos de Navidad en Amozoc
Este municipio se localiza en el área conurbada de Puebla, a unos 18 kilómetros de distancia y llegar al centro del municipio es de fácil acceso, en auto particular o en transporte público sobre la carretera federal a Tepeaca.
Su población mantiene sus actividades tradicionales como la alfarería, herrería, platería y la juguetería de barro, lo que incluye los nacimientos navideños, desde 1886.
Al llegar al centro de Amozoc es común encontrar talleres en las calles principales donde lucen distintas piezas de yeso, en menor cantidad las de barro, y una minoría en fibra de vidrio; éstas últimas se introdujeron en años recientes debido a que los clientes justifican tener hijos pequeños que podrían romper las piezas.
En anaqueles, vitrinas, mesas y hasta el piso se pueden mirar nacimientos conformados por las figuras de la Virgen María, San José, los tres Reyes Magos, el ángel, un pastor, el toro y la mula.
Los hay muy pequeños, de apenas 10 centímetros o muy altos de 2 metros, ideales para colocar en el patio, jardín o en el atrio de una iglesia.
Los precios van desde una pieza en 5 pesos hasta juegos completos por más de 35 mil pesos.
En Amozoc son cerca de 100 talleres, a donde los visitantes pueden pedir permiso y conocer parte del proceso de elaboración de estas artesanías.
Nacimientos de Navidad de Tepeaca
Este municipio se encuentra a poco más de 30 kilómetros de la ciudad de Puebla y una de sus comunidades es Santiago Acatlán, donde casi todas las familias se mantienen por la elaboración de figuras de barro.
Los artesanos, al igual que los de Amozoc, se han adecuado a las necesidades de los clientes, por lo cual también elaboran figuras en fibra de vidrio y resina.
Santiago Acatlán también cuenta con un par de familias de escultores que elaboran imágenes talladas en madera, pero esas son sobre pedido.
Al igual que en Amozoc, basta llegar al centro de la comunidad para encontrar los talleres en las calles de acceso, donde los artesanos abren sus puertas, colocan mesas y exhiben sus trabajos.
Al tener las puertas abiertas pueden observar cuando entran los clientes, al mismo tiempo que pintan en el patio del taller cada una de las figuras que hornearon con anticipación.
En Santiago Acatlán los artesanos se han esmerado en distinguirse de los de Amozoc, pues ellos ofrecen a los clientes nacimientos con ropa de un solo color, blancos con detalles en dorado, o en tonos metálicos, u otros tonos suaves que sean tendencia.
Hay desde 10 centímetros hasta 70 centímetros en barro o yeso, mientras que los más grandes, que pueden ser de 2 metros, son de fibra de vidrio para que no pesen.
¿Amozoc vs Tepeaca?
En cualquiera de estos dos municipios los trabajos de los artesanos son buenos, y hay quienes refieren que son hasta similares.
Existe la versión de que los primeros artesanos que elaboraron nacimientos navideños en Puebla fueron los de Santiago Acatlán, quienes durante la cercanía de las fiestas de diciembre viajaban a Puebla para vender sus piezas.
Cuentan que así era por muchos años, hasta que algunos pedían posada a las orillas de Puebla para no regresar a Santiago Acatlán hasta que terminaran de vender sus piezas, fe así que hubo quienes decidieron quedarse a vivir en Amozoc y con ello iniciaron una nueva comunidad de artesanos.