Dentro de las opciones turísticas de Puebla existen inmuebles que guardan el origen de muchas de las tradiciones.

Un ejemplo de ello es el actual Museo de Arte Popular Ex Convento de Santa Rosa que no solo fue un sitio religioso, sino un hospital psiquiátrico y hasta vecindad.

Pero también, en su cocina, se creó uno de los platillos emblemáticos de la gastronomía poblana.

El inmueble fue construido en el siglo XVII, fue hogar de las dominicas, debe su nombre a Santa Rosa de Lima -considerada como la primera imagen en su tipo en América- y es, además, cuna de una gran joya gastronómica.

Se cree que en su cocina, caracterizada por su gran tamaño, materiales, diseño e incluso, el uso de tecnología de refrigeración de la época, se elaboró por primera vez el mole poblano con el talento de las religiosas.

La cocina está forrada con casi 18 mil azulejos de talavera y se dice que ahí, en 1685, sor Andrea de la Asunción creó la receta original con la que se prepara el mole, basada en las tradiciones indígenas que mezclaban varios condimentos.

Después de las Leyes de Reforma, el inmueble tuvo otros usos como un hospital psiquiátrico para hombres y en la segunda mitad del siglo XX, fue incluso una vecindad.

Sobre esta última etapa se guardan todavía recuerdos que se han compartido en redes sociales a través de grupos de aficionados a la historia como Puebla Antigua y Lo que Quieres Saber de Puebla.

Ahí, quienes vivieron en ese espacio o conocieron a sus habitantes recuerdan cómo fue hasta finales de la década de los 60, cuando se promovió su restauración para hacer un museo.



Hay quien recuerda que gran parte del inmueble era rentado por la familia Quiroz Hojacastro que tenía una fábrica de dulces.

Sin embargo, no sólo ellos habitaban el actual museo, sino también los trabajadores, pues aseguran que era parte de las facilidades que la familia daba a los productores de dulces.

Según la internauta María de la Meza, esa dulcería de su familia aún se conserva casi frente al museo bajo el nombre de La Colmena y hay quien recuerda el trabajo de sus abuelos.

Quienes estuvieron vinculados con la dulcería reconocen que no era como tal una vecindad y también hay quien asegura que otras partes del inmueble con esos pasillos sí se rentaban como vivienda de ese tipo.

De esos años, les vienen a la memoria recuerdos de cómo era que se iluminaban con la luz de las velas y que había historias de miedo que hasta hoy se cuentan incluso con recorridos turísticos.

En las últimas décadas, el inmueble ha sido varias veces remodelado y actualmente se exhibe la cocina, así como exposiciones sobre las siete regiones del estado, la indumentaria de la China Poblana y festividades culturales de Puebla.

Se ubica en la 3 Norte 1210 y abre de martes a jueves de 10:00 a 17:00 horas y de viernes a domingo de 10:00 a 18:00 horas.

Tiene un costo de entrada general de 45 pesos y para los menores de 12 años, estudiantes, docentes, adultos mayores y personas con alguna discapacidad, el acceso vale 23 pesos. Los domingos la entrada es gratuita.

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