El socavón de Puebla, que comenzó a formarse el 29 de mayo de 2021 en campos de cultivo de Juan C. Bonilla, sirvió de referencia para una cumbia, una pieza de pan de pueblo y ahora hay quien dice que hasta para una película.
Se trata de ¡Que Viva México! de Luis Estrada, que se estrenó en algunos cines el 23 de marzo y en la plataforma de Netflix el pasado jueves 11 de mayo, con varias críticas a favor y en contra por la forma como se retrata a los mexicanos.
Por ahora, la polémica se centra en el rechazo del presidente Andrés Manuel López Obrador al criticar al director como clasista, y la respuesta que él dio al mandatario al decirle que debería concentrarse en los problemas del país.
Pero más allá de las reacciones de una sátira política hay quien en foros de reseñas y en redes sociales como Twitter señalaron que hubo una escena que les recordó bastante al socavón de Puebla.
En la trama, el personaje interpretado por Alfonso Herrera, entierra en el desierto junto a su esposa, varios lingotes de oro heredados y días después, al necesitarlos para no pisar la cárcel, los busca sin éxito hasta hacer un hoyo de grandes dimensiones.
Aunque al principio la búsqueda es una novedad en el pueblo, con los días la actividad sigue como si nada e incluso se organiza en las inmediaciones una feria con todo y rueda de la fortuna.
Esa escena le recordó a los espectadores aquellos días en los que el socavón se convirtió en un atractivo turístico, donde vendían todo tipo de souvenirs para los visitantes.
El hoyo de la película no es efecto de un fenómeno natural como el que dio forma al socavón de Puebla, sin embargo, la filmación sí fue posterior, pues según reseñas el rodaje de esas tomas comenzó en agosto de 2021.
En esta producción se tomó como escenario principal el desierto del Pueblo Mágico de Real de Catorce ubicado en San Luis Potosí, aunque en la trama se escenifica un pueblo minero de Durango.