Hacia el mediodía de este viernes 14 de junio, se reportó el fallecimiento del empresario de origen libanés, Jean Succar Kuri, cuya red de pederastia alcanzó a la clase política poblana.
De acuerdo con reportes de medios de Cancún, Quintana Roo, donde desarrolló negocios y pasó la última parte de su condena, habría perdido la vida en la clínica PlayaMed.
Se agrega que habría estado hospitalizado desde el 6 de junio y que presentaba problemas por insuficiencia cardíaca.
Junto con la noticia de su muerte se han difundido algunas imágenes de él en el nosocomio, en algunas se observa que porta el uniforme de la prisión y en otras más porta ropa de hospital.
Apenas el 19 de septiembre pasado cumplió 79 años y enfrentaba una condena de 94 años, de la cual cumplió 20 en prisión.
Su deterioro se dejó ver desde hace nueve meses, cuando fue trasladado de Chiapas a Quintana Roo, tras un proceso que emprendió su defensa para estar en un lugar cercano a su residencia.
En imágenes del traslado se le observó bajar de una camioneta vestido de pants y chanclas, con dificultades para moverse solo y una bolsa recolectora de orina en su abdomen.
Hasta antes de esas imágenes se sabía que sufrió también enfermedad renal crónica y que habría requerido algunas cirugías.
Sus últimas imágenes contrastan con otras de su detención en 2004 y algunas más que se dieron a conocer como parte de su proceso legal.
Hace dos décadas se le observaba de pie, con expresiones de molestia y los brazos sostenidos por agentes federales como medida de seguridad.
A Jean Succar Kuri se le vincula con Puebla, pues se considera que fue beneficiado por una red de corrupción en la que participó el exgobernador, también detenido, Mario Marín Torres y el empresario libanés Kamel Nacif.
Según fichas biográficas, su nombre completo era Jean Thouma Hannah Succar Kuri, nació en Bisharri, Líbano en 1944, llegó a México a los 30 años y se nacionalizó mexicano.
Su primer destino fue Guanajuato, pero decidió mudarse a Cancún, que experimentaba un crecimiento por su potencial turístico.
Alguna reseñas sobre su actividad empresarial explican que comenzó con la venta de refrescos en el aeropuerto de ese polo turístico, con un grupo de 50 villas y un hotel que a la larga le permitieron amasar una fortuna que se estimó en 30 millones de dólares
Fue la periodista Lydia Cacho Ribeiro quien en el libro Los Demonios del Edén documentó una red de políticos, empresarios y funcionarios públicos vinculados con la pederastia que él encabezaba.
Enfrentaba una condena por los delitos de prostitución y pornografía infantil en un centro federal de Cancún y a lo largo del proceso legal se obtuvo una reducción de condena, pues llegó a estimarse en 112 años.