En la Sierra Norte de Puebla, se encuentra una de las carreteras más hermosas y peligrosas del país, conocida como "El Espinazo del Diablo". Esta vía es conocida por sus numerosas curvas y el clima desafiante que la rodea, representando un reto incluso para los conductores más experimentados. Pero, ¿dónde se ubica y qué la hace tan temida? Aquí te lo explicamos.
Aunque comparte nombre con la carretera federal 40 que conecta a Durango con Mazatlán, el Espinazo del Diablo es un tramo carretero que en Puebla conecta a los municipios de Hueytlalpan, Olintla, Huehuetla y Zapotitlán, serpenteando a través de montañas y barrancos.
El camino está lleno de subidas y bajadas pronunciadas, curvas cerradas que parecen no terminar y una constante presencia de niebla que dificulta la visibilidad. Estas condiciones hacen que la carretera exija máxima concentración y habilidad al volante, convirtiéndose en un trayecto peligroso, pero fascinante.
Pese a que es complicado circular por ella, el paisaje a lo largo de este tramo es inigualable. Los viajeros pueden disfrutar de vistas panorámicas de la Sierra Norte, con montañas cubiertas de vegetación exuberante y cielos que parecen tocar las cumbres.
A pesar de lo peligroso, la carretera sigue siendo un paso obligado para aquellos que buscan llegar a los municipios conectados por este tramo.
El nombre "Espinazo del Diablo" proviene de leyendas locales que cuentan cómo algunos conductores aseguraban haber visto la silueta del diablo en el camino, lo que provocaba accidentes fatales.
Sea una aparición demoniaca o no, los habitantes de estos municipios advierten a los viajeros tener mayor precaución durante la temporada de lluvias o cuando las temperaturas bajan, ya la neblina cubre la carretera, aumentando el riesgo de accidentes.