El mole poblano es el platillo que distingue a Puebla, es el guiso por excelencia para celebrar fechas importantes como un santo, cumpleaños, la graduación, una boda o para rellenar los tamales, una marina o una torta de agua, pero pocos saben dónde se originó este platillo.
Se trata de un platillo barroco porque tiene más de 20 ingredientes, algunos de origen prehispánico y otros aportados por la cocina española, que van desde chiles secos como chile ancho, mulato, pasilla, chipotles a especias como ajonjolí, clavos, canela, anís.
También lleva almendras, chocolate, azúcar, jitomate, cebolla, ajo, tortillas de maíz y se sirve solo, con hierbas como los romeritos o carne de guajolote, pollo y cerdo.
Esta mezcla de chiles, especias y demás ingredientes que dieron nombre al mole poblano, de acuerdo a varios historiadores, surgió en el Convento de Santa Rosa, que se ubica en la calle 3 Norte número 1210, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla.
Se dice que en ese convento estaban las montas de la orden dominica y estaba la madre Andrea de la Asunción en la cocina preparando una receta que fuera original para recibir y agradar al obispo Don Manuel Fernández de Santa Cruz y al Virrey Conde de Paredes y Marqués de la Laguna, en el siglo XVII.
Los relatos añaden que las cocineras indígenas molían todo en el metate y exclamaron “mullí”, ante la espesa mezcla de ingredientes. Al escuchar esto sor Andrea repitió: ¿mole?
Otra versión dice que la monja movía el guiso en la olla de barro con la enorme cuchara de madera y al llegar la madre superiora le preguntó qué hacía, pero la madre Asunción por las prisas en lugar de decir que estaba moliendo el guiso, dijo “mole”. Y fue así como nació este famoso platillo.
Hoy, el convento es el Museo de Arte Popular Ex-Convento de Santa Rosa y los poblanos y turistas pueden conocer este museo, que abre de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, y recorrer las instalaciones del edificio estilo barroco que data de 1698.
La cocina es una de las fotografías que más ha dado la vuelta al mundo por su belleza con sus bóvedas y azulejos de talavera en color crema, amarillo y azul.
Es de gran espacio y sobre los fogones están las cazuelas de barro y cucharas de madera que empleaban las monjas para preparar los guisos.
Este delicioso guiso, de consistencia espesa, color café oscuro y de sabor dulce pero picante, se puede probar cualquier día, pero por su preparación, es un plato ideal para celebrar.
Desde el 2020, en Puebla se decretó que el 7 de octubre se celebre el Día Estatal del Mole, platillo emblemático y que da identidad a los poblanos.
Así que si quieres celebrarlo, bien puede ser con una torta de mole, unos envueltos o un buen plato de mole con pollo acompañado de arroz rojo.