Por su fachada, diseños y patios, el Templo y Antiguo Convento de San Miguel Arcángel, en Huejotzingo, es un espacio que evoca a los castillos europeos de cuentos.
Aunque desde su creación fue un convento, su arquitectura es similar a la de un castillo sacado de los cuentos de hadas.
Tiene grandes torres en su cubierta y en su interior, hay inmensos pasillos, pasadizos y calabozos, tal y como los de una fortaleza.
Este sitio se empezó a construir en 1525 y las obras las dirigió fray Juan de Alameda. Su edificación terminó en 1570 por el arquitecto Toribio de Alcaraz.
Tiene una arquitectura de tipo colonial plateresco y es uno de los cuatro primeros establecimientos franciscanos de la Nueva España.
Desde 1994 se considera Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Tiene un amplio patio, con una cruz al centro y está rodeado de enormes capillas de piedra. Se dice que cada una de ellas está dedicada a los apóstoles Pedro y Pablo, San Juan Bautista, Santiago y la Virgen de la Asunción. En su fachada hay 12 ángeles esculpidos.
Una parte del inmueble quedó destruido durante el movimiento de la Revolución, mientras que otros murales han atravesado por procesos de restauración y conservación.
También tiene varias pinturas sobre pasajes históricos que se consideran de valor artístico y un patio con columnas que se dedicaron a los apóstoles y otras figuras religiosas.
En la actualidad, para poderlo conocer puedes visitar su Museo de la Evangelización que expone pilas bautismales, retablos y objetos utilizados en las primeras ceremonias católicas de México.
La entrada cuesta 70 pesos y los domingos es gratuita para visitantes nacionales. Se ubica en el centro de Huejotzingo, a 30 minutos de la ciudad de Puebla.