La depresión navideña es un estado de tristeza y melancolía que generalmente se presenta cuando el año llega a su fin.

Se trata de un síndrome no reconocido por los manuales de enfermedades mentales.

Pese a que afecta a un número considerable de personas, no hay estadísticas oficiales.

En términos generales, hay quienes no se suman al ambiente festivo de fin de año.

Definir qué regalar, con quién pasar las fiestas, y en general el clima de celebración lejos de producirles alegría, les causa una profunda tristeza.

Y si ese sentimiento se mantiene por más de dos semanas y se acompaña de problemas como la pérdida del gusto por las actividades que antes encantaban, lo cual podría derivar en un Trastorno Afectivo Estacional (TAE) de invierno, también conocido como depresión decembrina o depresión navideña.

Especialistas señalan que, durante la temporada de fin de año, coinciden factores ambientales, neurobiológicos y sociales que contribuyen a que una persona sea más vulnerable a deprimirse.

Un factor sería la falta de exposición a la luz solar, que por ejemplo se registró en la población durante la temporada de aislamiento social, y que derivó en incremento de casos de estrés y depresión.

Además, situaciones como la autorreflexión propia de la temporada, también contribuyen a incrementar las posibilidades de deprimirse.

La realización de un corte de caja sobre lo acontecido a lo largo del año, a partir de los resultados puede llevar a una persona a caer en nostalgia, factores como la pérdida de seres queridos, la pareja, el empleo y la situación económica, influyen en gran medida.

Síntomas y atención

Es primordial acudir al médico ante síntomas de depresión navideña.

Hay que considerar que algunos especialistas ligan la depresión al incremento en las tasas de suicidio, que históricamente se registra en diciembre.

Algunos de los síntomas de la depresión navideña son cansancio, apatía, desgano, pérdida de vitalidad, irritabilidad extrema, pensamientos negativos y de derrota.

Además de pérdida de interés por actividades propias de las festividades, ingesta excesiva de alimentos, dificultad para mantenerse despierto y retraso psicomotor en la velocidad y grado de movimiento del cuerpo.

Como toda depresión, la navideña, debe ser tratada por un psicólogo, un psiquiatra o un especialista en salud mental.

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