La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia sanitaria internacional por Covid-19. 

Así llegó a su fin un periodo que duró tres años y tres meses, desde que la OMS emitió el anuncio de emergencia sanitaria.

En términos generales, el hecho de que la mayoría de la población esté vacunada y el número tanto de contagios, como de hospitalizaciones y decesos hayan disminuido, influyeron en la toma de la decisión.

Pero hay que tomar en cuenta que ello no significa que el Covid-19 desaparezca.

En términos reales, está en vías de pasar de pandemia a endemia, es decir, una enfermedad más que como la gripe y la influenza, requieren de vacunación, pero no son necesariamente mortales.

Los tratamientos son más efectivos, pero el virus aún registra mutaciones.

De ahí que ahora toque a México tomar las medidas necesarias para emitir las medidas correspondientes y a cada uno de los estados, como Puebla tomar las acciones que en su caso considere necesarias dentro del nuevo panorama.

La OMS tiene claro que el fin de la emergencia sanitaria no se traduce en la solución del problema que representa el Covid-19.

Para el organismo internacional se trata de una enfermedad nueva, sobre la que aún hay que aprender, sobre todo por sus mutaciones.

El mantenimiento del uso de cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia, así como de las medidas generales de prevención, a fin de cuentas, son decisiones personales.

Así lo demuestra el hecho de que en Puebla, a pesar de no ser obligatorio el uso de cubrebocas, haya personas y espacios en los que aún se utiliza.

Los poblanos, al igual que todos los mexicanos y personas en general, deben tener presente que el cuidado de la salud y la integridad es parte de una decisión personal.

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