En el municipio de San Pedro Cholula se encuentra el cerro Zapotecas, un montículo de origen volcánico que cada fin de semana cuenta con cientos de visitantes.
De acuerdo con cronistas de dicho Pueblo Mágico, el nombre del cerro proviene del vocablo náhuatl “tzapotécatl”, que significa “originario de Zapotlán o del lugar de los zapotes”.
Se dice que este nombre fue dado por los habitantes de Tepontla, comunidad que se ubica en la base del cerro, quienes eran étnicamente zapotecos.
Tiene una altitud de 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una superficie de aproximadamente 510 hectáreas de origen volcánico.
En 1994 fue declarado reserva ecológica y en 2008 como área natural protegida con el nombre de Parque Estatal Cerro Zapotecas, que comprende un total de 536.43 hectáreas.
Actualmente, colinda con San Cristóbal Tepontla, San Gregorio Zacapechpan, San Francisco Coapa, San Juan Tlautla, San Sebastián Tepalcatepec, San Diego Cuachayotla y San Agustín Calvario.
Los habitantes de dichas localidades trabajan de manera conjunta en cuidar esta zona boscosa, debido a su importancia como área de recarga de los mantos acuíferos de la ciudad, donde algunos fraccionadores pretenden construir casas y cabañas.
Entre semana acuden algunos jóvenes, adultos y personas de la tercera edad a realizar prácticas de senderismo y ciclismo de montaña en este gran pulmón natural del estado, actividades que se incrementan los fines de semana.
Leyenda del Cerro Zapotecas
Algunos de los paseantes también acuden por curiosidad, ya que existe la leyenda que aquel que viva por un momento de tribulación por falta de dinero, puede acudir al cerro y tendrá resuelto su problema.
Incluso, entre los pobladores de las comunidades aledañas y los propios cholultecas, cuando alguien dice que no tiene dinero, los demás le contestan “ve al zapotecas”.
En el libro “Cholula Mítica y Legendaria. Leyendas de Cholula”, se lee que en un punto del cerro se ubica la cueva del diablo, hasta dónde llegan las personas que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana.
Cuenta que así ocurrió con un hombre que tenía la responsabilidad de la mayordomía en su pueblo, para lo cual solo faltaba un mes y no tenía el dinero suficiente para comprar las flores, contratar a la banda de música, los cohetes, comida y bebida para los asistentes a la iglesia.
Recurrió a sus conocidos y compadres para pedir dinero prestado, pero la temporada de cosecha aún no se llegaba y a todos los que acudió le dieron negativas.
Fue uno de sus compadres quien le dijo que también necesitaba dinero y ante su desesperación había decidido ir al cerro Zapotecas para salir de pobre.
El hombre que tenía que cumplir con la mayordomía, después de pensarlo tanto, una noche salió de su casa y se internó en el cerro, donde se encontró con la sombra de un hombre con apariencia de caporal, con gabán y sombrero.
Una voz masculina le dijo “¿me andabas buscando?, no es necesario que me lo expliques, ya sé cuál es tu problema y te voy a ayudar. Solamente que tienes que pensar de quién es el alma de tu familia que me vas a dar”.
El hombre desesperado quiso retirarse del sitio, pero al buscar entre los árboles el camino de regreso, descubrió una enorme casa tipo hacienda cuyo interior se escuchaban quejidos.
Entró por el portón y grande fue su sorpresa al ver muchos hombres colgados de las manos y amarrados de los pies a los que se veía que los habían azotado cruelmente.
Algunos de ellos ya no se movían, pero entre todos ellos reconoció a su compadre y corrió hacia él y antes de que pudiera hablarle, su compadre le dijo con voz cansada y quejumbrosa “compadrito ¿qué haces aquí?, vete antes que regrese aquel, sálvate, sal de aquí y no voltees la cara, no lo pienses más a mí ya me llevó la chi ...”.
Sin meditarlo, salió corriendo de la imaginaria hacienda hasta que llegó a su casa. Al amanecer, lo primero que pensó fue vender dos vacas que tenía y hacer una fiesta sencilla para cumplir con el compromiso de la mayordomía y librarse de venderle su alma o la de un familiar al maligno.
Entre los pobladores cuentan que en el cerro también aparecen brujas y que cada 1 de marzo ocurre un aquelarre con los brujos del Cholula.