¿Quién no querría tener una buena y larga vida? Ante el interés por la longevidad de las personas surge el indicador llamado esperanza de vida, que se refiere al promedio de años que vive una persona. Este indicador se ve fuertemente influenciado por el entorno del individuo y es por eso que se mide dentro de una zona o grupo específico.
Como bien se puede intuir, la esperanza de vida deriva de que tan buena sea la salud integral de la persona, aun cuando esta también varía a nivel individual, hay varios factores estructurales que tanto la pueden facilitar como dificultar:
- En la educación, si se informa correctamente a la población sobre el cuidado de nuestros cuerpos.
- En las instalaciones sanitarias, según qué tan equipadas estén y qué tan fácil sea el acceso a estas para detectar y tratar enfermedades.
- En el nivel económico, que delimita qué tan completa será la dieta y qué tanto podrán permitirse el uso de los dos puntos antes mencionados.
- En el acceso a agua potable, saneamiento, espacios de recreación, contaminación del espacio y una larga lista de etcéteras que no recaen solo en el individuo sino en la comunidad y quienes la lideran.
Panorama en México y el mundo
En México la esperanza de vida ha aumentado significativamente en el último siglo. En 1930 el promedio de vida de un mexicano era de 34 años, y para 2022 el promedio aumentó a 75.5 años.
Globalmente, Mónaco destaca por ser de los países con mayor esperanza de vida con un promedio de 87 años, en el otro extremo están países africanos como la República de Chad con un promedio de 53 años.
La esperanza de vida también se puede calcular con espacios más grandes o pequeños que los países, por ejemplo: dentro de México la entidad federativa que mayor expectativa registra es Ciudad de México con un promedio de 76.8 años, y a nivel mundial el continente con mayor esperanza de vida hasta 2014 es América del Norte con 79 años en promedio.
Más allá de las variables que determina el entorno, hay otras que no se ven tan influenciadas por la geografía como la genética, el género, la ocupación o el entorno social que impactan en el cuidado o deterioro de la salud:
- En el género, se ha observado que las mujeres suelen tener un promedio más alto relacionado a mayor actividad física y menor consumo de alcohol o tabaco.
- En la ocupación, hay ciertos espacios laborales con estímulos nocivos como los de los trabajadores industriales.
- En lo genético, por la predisposición a enfermedades que tenga cada organismo.
- En lo social, por el bienestar que favorecen las interacciones sanas y las enfermedades que propicia un entorno con estrés.
Si bien el entorno impacta en el estado de varios factores, como individuos podemos hacer el compromiso personal de identificarlos y procurarlos hasta donde nuestros recursos lo permitan. Una buena y larga vida se construye desde el principio, y se sigue moldeando día a día lo cual puede parecer una tarea tediosa, pero podría ser también la más importante que tenemos.