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¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor y cómo se quita?

En Puebla, los casos de golpes de calor se suelen atender en centros de salud con tratamientos no invasivos

Los golpes de calor son peligrosos si no se atienden a tiempo | Foto: Freepik stockking
15/05/2024 |13:14
Eduardo Sánchez
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En Puebla, los representan un riesgo de muerte si no son atendidos de manera oportuna y con las medidas adecuadas.

Este padecimiento se caracteriza por presentar una alteración de la temperatura corporal mayor a los 40 grados, una condición que nos puede llevar a una falla multiorgánica.


¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?

En entrevista, Daniel Carranza Balderas, monitor de cáncer de mama del Instituto Mexicano del Seguro Social de Puebla, señaló que algunos de los síntomas que se pueden presentar son dolor de cabeza, pérdida del conocimiento y convulsiones.

Así como un estado de confusión, mareos, insolación, desmayos, deshidratación, náuseas, pulso rápido, sudoración excesiva, hasta piel seca y caliente.


¿Cómo se quita un golpe de calor?

Si eres testigo de un golpe de calor, debes evitar la automedicación ya que el cuerpo debe regularse de manera gradual. Además, se recomienda primero regular la temperatura del paciente antes de poder trasladarlo.

El uso de medicamentos como el paracetamol, puede aumentar la temperatura corporal derivando en una falla hepática, acelerando la falla multiorgánica.

Para atender esta situación, Daniel Carranza aconseja tener una reducción de temperatura de 2 grados cada 40 minutos con terapia hídrica.

Hacer un cambio radical de temperatura también representa un riesgo, ya que se puede inducir al cuerpo a una falla en los órganos vitales.

También se recomienda colocar compresas en zonas como las axilas o la cabeza para aminorar la temperatura.



Una vez que el paciente en cuestión baje su temperatura hasta los 39 grados, ya puede ser trasladado a un hospital para recibir una valoración médica.

Toma en cuenta que los grupos de mayor riesgo de sufrir un golpe de calor son niños menores de 5 años, personas con enfermedades crónicas degenerativas, así como trabajadores agrícolas, adultos mayores y mascotas.