En Puebla, expedir recetas médicas sin tener licencia o sin contar con la cédula profesional correspondiente es una actividad ilegal que puede traer serias consecuencias, según lo establecido en el Código Penal Federal y el Código Penal del Estado de Puebla.

En México, ejercer una profesión sin el título o la cédula correspondiente es considerado un delito de usurpación de funciones o usurpación de profesión, sancionado tanto a nivel federal como en los códigos penales de cada estado.

El Capítulo Décimo del Código Penal del Estado Libre y Soberano de Puebla, específicamente en la Sección Sexta sobre “Usurpación de funciones públicas o de profesión y uso indebido de uniformes o condecoraciones”, habla sobre las sanciones aplicables.

Sanciones por expedir recetas médicas sin tener licencia

El Artículo 258 establece que quien, sin tener título legal, se atribuya el carácter de profesional y realice actos propios de dicha profesión (como expedir recetas médicas sin cédula) incluyen de dos meses a dos años de prisión y una multa de 10 a 100 Unidades de Medida y Actualización (UMA).

Los afectados pueden presentar demandas por daños y perjuicios, lo que podría significar una compensación económica adicional por el daño físico o psicológico causado debido a diagnósticos y tratamientos indebidos.

Contexto Legal

La Ley General de Salud y el Código Penal Federal establecen que únicamente quienes cuentan con una cédula profesional expedida por la Dirección General de Profesiones (DGP) de la pueden ejercer profesiones relacionadas con la salud, como medicina, psicología y psiquiatría.

Además, la Ley Reglamentaria del Artículo 5º Constitucional, relativa al ejercicio de las profesiones, detalla que sin cédula profesional, un individuo no puede anunciarse ni ejercer como profesional en dichas áreas. La infracción de estas leyes implica una serie de sanciones, que van desde multas hasta penas de prisión.

Caso de Marilyn Cote

El caso de Marilyn Cote en Puebla ha puesto en el foco la importancia de esta legislación. Cote se presentó como psiquiatra, ofreciendo consultas y emitiendo recetas sin tener el título ni la cédula profesional requeridos. Esto generó consecuencias graves para algunos de sus pacientes, quienes experimentaron problemas derivados de diagnósticos y tratamientos incorrectos.

Dado que Cote prescribía medicamentos psiquiátricos sin autorización, este acto entra directamente en la categoría de usurpación de funciones en la práctica médica. En psiquiatría, los medicamentos pueden tener efectos profundos en la salud mental y física, y solo profesionales capacitados están legalmente autorizados para recetarlos.

Este tipo de ejercicio ilegal de la profesión es especialmente riesgoso, ya que puede provocar efectos adversos importantes en los pacientes, además de afectar su bienestar psicológico.

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