Puebla, al igual que casi todo el país y muchas naciones en el mundo, resienten los efectos de las elevadas temperaturas.
El cambio climático en los años recientes, se han reflejado en las alteraciones drásticas en el comportamiento de las temporadas de lluvia, frío, viento y por supuesto de calor, que llegan a extremos nunca antes percibidos.
Los registros de al menos tres olas de calor que se han presentado recientemente dan cuenta de ello.
Y por supuesto, los efectos del cambio climático impactan en la salud de la población y afectan la calidad de vida.
Durante el mes de marzo de 2023, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) anticipó a nivel nacional cuáles eran los pronósticos de las temperaturas.
Por lo que hace al estado de Puebla, indicó que el 2023 será más caluroso que lo habitual.
Se espera que el termómetro registre un máximo de 32 grados centígrados, una temperatura que no se reportaba desde hace una década.
Indicó que la temperatura más alta, en un año previo, se registró en el mes de abril de 2020, cuando llegó a los 30.9 grados centígrados.
El portal tutiempo.net indica que el 23 de marzo de 2020, en Puebla, la temperatura más alta fue de 35 grados centígrados, en tanto que 5 de enero de 2020, fue el día con la temperatura más baja registrada con 1 grado centígrado.
Durante los días o periodos de temperatura elevada se habla del golpe de calor, que es una afectación que puede ocurrir a toda persona, como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas ambientales, caracterizada por el incremento súbito de la temperatura corporal.
Pero hay que tomar en cuenta algunos síntomas, previos obviamente a que se presente un golpe de calor: piel caliente y seca pero no sudorosa, confusión o pérdida del conocimiento, vómitos frecuentes, falta de aire o problemas para respirar.
Quien sufre un golpe de calor puede registrar daños neurológicos e incluso fallecer.
Hay que considerar que los grupos vulnerables generalmente son los infantes y los adultos mayores.
Y se sugiere, en términos generales:
- No exponerse al sol.
- Mantenerse hidratado, consumir dos litros de agua y de ser posible un suero.
- Utilizar ropa ligera y de colores claros; en el caso de camisas o camisetas que sean de manga larga.
- Cubrirse con sombrero, gorra o sombrilla.
- Usar bloqueador solar.
- Evitar en la medida de lo posible transitar en la vía pública o a bordo de un vehículo, en las horas de mayor calor.
- No realizar ejercicio o actividad física, al aire libre, en las horas de más calor.