Entre Puebla y el mundo árabe hay todo un océano, pero su forma de vida impacta en el día a día y ha dejado marcas a lo largo de la historia en nuestro estado.

Su influencia se da en la talavera, la arquitectura, la gastronomía, la industria textil e incluso ahora, con la presencia del islam en la ciudad.

De acuerdo con el artículo del Centro Islámico Amir Al-Muminin, la talavera poblana es una de las grandes producciones culturales que comparten con Puebla.

Al respecto, recuerdan que este tipo de alfarería nació en el mundo árabe como una forma de replicar piezas que ya se hacían en China, además de que después los árabes conquistaron España y ellos a su vez, a México.

En el caso de Puebla, reconocen que la talavera se elabora desde hace casi cinco siglos y ha logrado tener sus características propias y trascender.

En cuanto a la arquitectura, existen varias reseñas en grupos de aficionados a la historia en redes sociales como el de Puebla Antigua que dan cuenta del impacto.



Su influencia se observa en edificios como el Congreso del estado de estilo morisco, casonas de San Francisco inspiradas en arquitectura española y árabe e incluso el kiosco que alguna vez existió en el zócalo de Puebla.

En el caso de la gastronomía y la industria textil, la influencia árabe en Puebla va ligada a la llegada de los libaneses desde finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo pasado.

Un impacto indiscutible es el de los tacos árabes que del otro lado del mundo se elaboran principalmente con cordero por la restricción religiosa, pero que en Puebla se hizo con carne de puerco, especias y salsas únicas de chipotle y ajo.

Esto gracias a recetas que tienen sus orígenes en las familias Tabe y Galeana, de acuerdo con el blog especializado en gastronomía GastroLab.

En cuanto a la industria textil diversas reseñas sobre fábricas y ex fabricas de Puebla y Atlixco, exponen que fueron las prácticas culturales y económicas de los libaneses que llegaron a Puebla las que permitieron el desarrollo.

Se estima que para la década de los sesenta los libaneses en Puebla ya eran reconocidos como grandes productores del país y generaban unos 32 mil empleos directos.

El tema de la religión es más reciente y data de 2004, cuando migrantes de origen paquistaní decidieron emprender un lugar de culto que se encontraba en una vivienda justo frente a la Catedral de Puebla.



Actualmente, cuentan con una musalah que es un espacio más pequeño que una mezquita y que se ubica en un local de Plaza Dorada.

Hasta 2017, tenían unos 200 practicantes, su comunidad va en aumento y practican en Puebla tanto el Ramadán como otras festividades de la religión.

Con el uso de redes sociales se han abierto a quienes se interesan en conocerlos con el fin de disminuir los estigmas sociales, por lo que es posible asistir a ceremonias que realizan cada viernes por la tarde.

Un proyecto que tiene esta comunidad en puerta es el de la apertura de un panteón que permita dar continuidad a las prácticas religiosas de sus creyentes.

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