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Conoce la leyenda del Charro Negro de Atlixco

Los pobladores colocaron una cruz blanca en lo alto, entre las juntas auxiliares de Metepec y Axocopan, como protección

Foto: Top Travel
21/08/2022 |17:15Alejandro Villegas |
Alejandro Villegas
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Además de la leyenda sobre la forma como se colocó una campana Santa María en la torre de la catedral, Puebla está lleno de leyendas y cuentos urbanos que han pasado de generación en generación.

De acuerdo con las narraciones populares, fueron los ángeles los que subieron a su lugar la campana Santa María que pesa más de ocho toneladas y que no habían podido subir los hombres hasta su lugar.

En Puebla capital, también se cuenta la leyenda de los muñecos de Xonaca.

Pero, una muy peculiar es la del Charro Negro que llevó a los pobladores a colocar una cruz blanca en lo alto, entre las juntas auxiliares de Metepec y Axocopan, en Atlixco.

El cerro, que popularmente se conoce como del Charro Negro, alberga la cruz que fue vandalizada en el segundo semestre de 2020.

La historia local da cuenta de que ante las apariciones del Charro Negro en esa zona, los pobladores decidieron colocar la cruz.

El anecdotario popular dice que el Charro Negro asolaba a la población durante la madrugada montado en su caballo negro, su traje inmaculado y un rostro en el que sólo se apreciaban los ojos.

La historia narra que en 1895 inició la construcción de la fábrica de Metepec y posteriormente la instalación de la vía del ferrocarril, a unos 10 kilómetros de Atlixco.

Los propietarios de las fábricas del León y de Metepec, necesitaban construir un puente para librar un barranco de la colonia León.

El puente debía ser de unos diez metros de altura, pero el Charro Negro no dejaba que se contruyera.

El puente que con el paso del tiempo fue conocido como el puente del Charro Negro, terminó de construirse cuando los encargados de la obra hicieron un pacto y lo cumplieron.

El Charro Negro pidió, en ofrenda, ocho hombres fuertes y sanos para cada uno de los pilares del puente.

Al otro día los empleados de la obra celebraron un convivio. Y los ocho hombres escogidos y pasados de copas fueron introducidos en cada una de esas bases de los pilares y cubiertos con piedras, quedando para siempre un hombre en cada sostén del puente.

Con el paso del tiempo los pobladores de Metepec y Axocopan escuchaban muchos gritos en la noche y en tiempos de lluvias.

Creían que eran el Charro Negro y su caballo listos para cuidar el puente.

Ante ello, optaron por colocar una cruz blanca en la cima de ese monte para evitar la aparición de ese personaje.