En el Pueblo mágico de Teziutlán, se encuentra el cerro de Chignautla, cuyo nombre en náhuatl significa “Nueve aguas abundantes” o “Nueve manantiales".
Este cerro tiene una altura de 2 mil 560 metros sobre el nivel del mar. Desde la cima del cerro se pueden apreciar bellísimos paisajes naturales y ver los municipios cercanos de esta región como Altotonga y Perote en Veracruz.
Este emblemático cerro ha captado la imaginación de los teziutecos, pues las leyendas antiguas dicen que es el hogar de duendes, brujas, curanderos, animales extraños y cuevas encantadas.
Este cerro milenario que a lo lejos tiene la forma de un gigantesco camello echado tiene una leyenda muy antigua que habla de su fundación.
Se dice que las cumbres de Chignautla son la imagen de tres vírgenes tendidas que vivieron los momentos de los enfrentamientos entre mexicas y totonacas. Estas doncellas mexicas eran las hijas de Tepatzin, Ixcaxóchitl, Quilaztli y Yaocíhuatl.
En el momento en que sus amados partieron a la guerra les juraron esperarlos sobre la línea de divisoria de aquellos dos pueblos. Cuando su padre les comunicó la muerte de sus amados, ninguna quiso volver al Xacalli.
Fieles a su promesa, las jóvenes permanecieron en su sitio formando cerros donde durmieron el sueño sin fin, haciendo emanar nueve lágrimas con las cuales se formaron los 9 manantiales.
Se cree que este cerro se formó hace más de 20 mil años y fue hogar de antiguas culturas prehispánicas, incluso en el libro “Los Nahuas, pasajes y secretos de la Sierra“.
Cuentan que Hernán Cortez subió al cerro y trató de dinamitar una de sus cuevas para que el cerro volara y perdiera sus formas; sin embargo, no lo consiguió, pues sus soldados fueron atacados por feroces coyotes que resguardaban la colina mayor, el coyote es el alma de la sierra y hasta hoy resguardan del sur de Chignautla.
En el cerro de Chignautla está la entrada al inframundo. En este cerro se encuentra una cueva donde solo los chamanes, brujos o curanderos mayores pueden entrar en ella.
El ritual es pedir permiso y aprenderse con el dedo el mapa dibujado en alguna pared de la entrada. Esta cueva recibe el nombre de “El Encanto Mayor” y es la entrada al inframundo, lugar donde los antiguos integrantes de la danza de los Paxtles hacían rituales antes de bailar en las fiestas de Chignautla para pedir por las siembras de maíz, frijol y prometían agua en abundancia para el pueblo.
Asimismo, en su cima se erige un monumento en honor a Cristo Rey, el cual tiene una altura de 10 metros y es considerado uno de los cristos más grandes de la República Mexicana.
Cada 20 de noviembre, los habitantes suben al cerro para velar a Cristo Rey y cantarle las mañanitas.
Esta belleza natural está se ubica a 2.5 kilómetros del centro de Teziutlán.
La distancia desde la ciudad de Puebla a Chignautla es de dos horas en vehículo particular. La ruta más rápida es sobre la autopista México-Puebla, y después tomar la pista 129D que te lleva a Teziutlán. Chignautla se encuentra a unos 20 minutos antes del Pueblo Mágico de Teziutlán.