En el Pueblo Mágico de Atlixco hay un importante número de sitios turísticos para disfrutar, desde tomar un café en el quiosco del parque, una nieve de frutas naturales, comprar alguna flor en sus viveros y hasta acudir a alguno de sus balnearios.

Pero los creyentes también visitan la calle 8 Oriente número 9, en pleno centro de Atlixco, donde se ubican las Hermanas Clarisas del Monasterio del Sagrado Corazón, para conocer al Santo Niño de la Peña, una imagen religiosa a la cual le atribuyen ser muy milagroso.

De acuerdo con Sor Elena Gómez, se trata de la imagen de un Niño Dios que fue encontrado en 1618 en los caminos de Michoacán, por los Hermanos Franciscanos que iban evangelizando.

Dicen que los franciscanos, en su paso, escucharon que un niño lloraba en medio del campo, donde no había casas ni algún tipo de construcción.

Ellos se cuestionaban, cómo es posible que un niño en este paraje esté llorando. Supusieron que alguien probablemente lo dejó abandonado esa mañana, muy temprano.

Fue cuando decidieron conocer de dónde venía el llanto hasta que llegaron a una cañada y al mirar hacia abajo solo veía una luz que resplandecía con el sol, como cuando se reflejan los rayos de luz sobre un metal.

Entonces se dirigieron al lugar y se dieron cuenta de que era la imagen de un niño de aproximadamente 15 centímetros de largo y que se encontraba incrustado en una peña.

A Atlixco llegó de la mano de ocho hermanas clarisas de Michoacán que llegaron a fundar la orden en territorio poblano, procedentes del Convento de San Juan de la Penitencia.

Entre las monjas venía como fundadora Sor Mariana de la Santísima Trinidad, quien colocó la imagen del Santo Niño de la Peña en el coro bajo con mucha devoción y desde entonces aumenta el número de creyentes que le conocen.

Mucha gente lo visita y le atribuye cientos de milagros que les ha concedido, incluso las propias religiosas relatan cómo personas que padecieron algún tipo de enfermedad, regresaron al monasterio para agradecerle a la imagen por haber recuperado la salud.

En tiempos difíciles, los fieles se han encomendado al Santo Niño de la Peña, como cuando el sismo del 19 de septiembre de 2017 afectó a la región de Atlixco, así como al inicio de la pandemia por Covid-19.

En agradecimiento, le regalan flores y juguetes que colocan a los pies de la imagen, la cual en temporada de vacaciones, como el verano y diciembre, es visitada por muchos migrantes que regresan a darle las gracias por los favores recibidos.

Cuentan que esta pequeña imagen fue restaurada en 1620 luego que se le cayó a una de las religiosas al acabar de rezar la Corona Franciscana en Honor a la Inmaculada Reina de los Ángeles.

Juntaron los pedazos y los unieron con clara de huevo, más tarde llamaron al escultor, el cual halló tan bien al Santo Niño, que dudaba lo que había sucedido y al verlo dijo que nunca había visto la clase de material con el que estaba elaborado.

La pequeña imagen permanece en una cuna de metal que una persona elaboró en 1700 al fundir pequeñas piezas de metal que se conocen como milagros y que con un seguro o listón rojo los creyentes depositaban en la imagen tras recibir un favor del Santo Niño de la Peña.

Las hermanas clarisas son religiosas de vida contemplativa en Atlixco, por lo que cada domingo ofrecen desayunos buffet, de 9:00 a 13:00 horas, para recaudar fondos que les permita seguir con sus actividades diarias.

Así que si visitas este Pueblo Mágico te recomendamos conocer esta imagen, seas creyente o no, y de paso degustar de los platillos elaborados por las monjas de claustro.

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