No es gorra de policía, es quepí.
La palabra se remonta a su etimología en francés “képi”, que era una gorra militar de finales del siglo XIX.
Sin embargo, no siempre se llamó así. Te contamos su historia.
El predecesor de este accesorio nació en Argelia, en 1830.
Su nombre era “casquette d’Afrique” que, según expertos, era pesado e incómodo.
En 1852 vio la luz el gorro de campaña o “bonete de police à visière”.
Lo anterior porque tenía una visera con forma cuadrada que se llamaba “bec du canard”.
La Guerra de Crimea bautizó de manera internacional el quepí.
Desde ese entonces pasó a formar parte del uniforme de varios ejércitos, como el de Estados Unidos y el ruso, entre las décadas de 1860 y 1870.
Para 1876 apareció un nuevo modelo que tenía una visera redondeada.
A principios del siglo XX, ya se había extendido a la mayoría de las tropas del Ejército francés, convirtiéndose en todo un símbolo del “poilu” o soldado galo.
Además, el quepí ya tenía insignias en la parte frontal que expresaban el rango y las armas.
Los diferentes colores de la parte alta también distinguían los tipos de armas.
En la Primera Guerra Mundial ya se utilizó este quepí.
En 1915 se usaba con la adopción del uniforme gris azulado y con la incorporación del casco.
La Legión Extranjera siguió vistiendo el quepí en combate hasta la década de 1920.
En los años 1930 se reinventó este accesorio y apareció el modelo que se usa en la actualidad.
El uso de la gorra de policía en México
El quepí fue introducido en México después de la primera intervención francesa, en 1838.
Las tropas nacionales lo adoptaron por su peculiar forma, elegancia y facilidad de fabricación.
En la segunda intervención francesa, aparecieron nuevos modelos estilizados que decidieron usar los integrantes del Ejército de Maximiliano.
En el Ejército del Porfiriato, el quepí seguía siendo utilizado durante la Revolución Mexicana.
Actualmente, el quepí es empleado por las distintas corporaciones de las Policías tanto municipales como estatales.
