Quienes piensan que la celebración de la Navidad en México se limita a la cena, están equivocados.
Se trata de una celebración larga que inicia de acuerdo con el rito católico con el encendido de la primera vela de la Corona de Adviento, que este año tuvo lugar el 27 de noviembre y se prolonga durante cuatro domingos más.
Una parte fundamental son las posadas que se realizan del 16 al 24 de diciembre, relativas al peregrinar que realizaron San José y la Virgen María en busca del sitio en donde nacería Jesús.
Y llegado el 24 de diciembre tiene lugar una misa conmemorativa, seguida en cada hora del arrullo del Niño Dios y por supuesto, la infaltable cena.
Ese momento se conoce como Noche Buena y el día siguiente es Navidad.
Donde también se aprovecha para hacer el intercambio de regalos o bien se abren los que fueron depositados al pie del árbol.
Pero el festejo no termina ahí, aunque a unos días de distancia, se celebra el Día de Reyes, que rememora el momento en el que los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar) encontraron al Niño Dios y le entregaron oro, incienso y mirra.
Así que hay que ser claros, los mexicanos se preparan para recibir la Navidad nueve días antes del 24 de diciembre, esto es, el 16 de diciembre, con la celebración de las posadas en las que se rompen las piñatas y se da rienda suelta a la alegría, compartiendo ponche y algunos platillos típicos.
La cena de Navidad es tan variada como la geografía mexicana, pero no pueden faltar en sus diversas presentaciones el pavo, la pierna y el bacalao, así como la ensalada de manzana y la sidra propia de la temporada.
