La intervención telefónica no es un riesgo al que solo estén expuestos políticos, empresarios, personajes públicos, personalidades o periodistas.
Ya que por supuesto se trata de una afectación potencial a la que están en peligro los poblanos.
A manera de ejemplo y solo para establecer que no se trata de una actividad novedosa, en el año 2016, la organización Artículo 19 registró 11 casos de intervenciones de comunicaciones a periodistas, de los cuales tres correspondieron al estado de Puebla.
En un caso más reciente, en septiembre de 2022, el senador Alejandro Armenta Mier denunció que le fue robada por segunda ocasión su cuenta de WhatsApp y pidió a sus contactos que ignoraran los mensajes suplantando su identidad.
No son pocos los registros en los que las redes sociales se han utilizado para pedir un apoyo económico, en una acción que termina en fraude.
La intervención telefónica se ha convertido con el paso del tiempo en un ciberdelito, altamente redituable para quien lo realiza.
Quienes intervienen un teléfono celular no solo buscan contraseñas bancarias o información sobre propiedades, también detectan información sensible que en su momento les permite extorsionar a sus víctimas.
Y por supuesto, cometer actividades ilícitas, como suplantación de identidad o estafas, el hacerse del control de las redes sociales de los usuarios.
De ahí que sea necesario considerar que todas las personas en algún momento pueden ser objeto de una intervención telefónica.
En términos generales, los expertos coinciden en varios aspectos que indican que un teléfono está intervenido.
Primordialmente, el consumo exagerado de datos; el registro de llamadas a números no reconocidos; la aparición de aplicaciones desconocidas instaladas; y el agotamiento rápido de la batería.
Además de la interferencia durante las llamadas, esto es escuchar ruidos o bien eco a la hora de conversar.
Por otra parte, para detectar si el teléfono está intervenido, se utilizan códigos que se pueden activar de manera directa:
Como medidas para tratar de evitar que un teléfono sea intervenido, los expertos recomiendan: mantener actualizado el sistema operativo; no instalar apps que no provengan de la tienda de aplicaciones; instalar un antivirus; establecer contraseña de ingreso desde la pantalla de inicio.
Un consejo que pudiera ser anacrónico, pero no dejar de ser útil, es no liberar o rootear el celular.
Por otra parte, si se desea contar con el apoyo de la empresa que proporciona el servicio de telefonía, es necesario comunicarse y proporcionar el IMEI del teléfono, para que puedan ayudar.
En el fondo la intervención telefónica se puede denunciar, pero lo mejor siempre será prevenir.