En los últimos días, los mexicanos se han volcado a la experiencia de ver pasar por las vías del tren de sus ciudades a La Emperatriz 2816, una histórica locomotora que hizo un recorrido entre Canadá y México.
Sin embargo, Puebla, al contar con el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos ha vivido experiencias similares con otras máquinas históricas.
Apenas en julio de 2019 se trasladaron al museo tres locomotoras donadas por la marca General Electric tras la gestión de historiadores y activistas interesados en la infraestructura industrial.
Su paso por la ciudad quedó retratado por aficionados a la industria ferroviaria a la altura de la iglesia de El Rayito.
También en la Diagonal Defensores, a la altura de Héroe de Nacozari, pero en 1988, se vio pasar una locomotora construida en 1921 por la compañía American Locomotive Co.
Se cree que su último servicio como máquina activa ocurrió en 1982 al remolcar un tren de pasajeros a Toluca y hoy forma parte del acervo del museo.
Historia del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos
De acuerdo con el Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias, fue un 5 de mayo de 1988 cuando el entonces presidente Miguel de la Madrid inauguró el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.
El proyecto buscó incluir locomotoras, carros de pasajeros, coches de carga y cabuses que se preservaron como patrimonio ferroviario en diferentes partes de México.
