Los alacranes representan una amenaza constante, especialmente en algunos sitios de la Mixteca poblana y localidades con un calor extremo, donde se convierten en un riesgo del que se debe estar atento.
En primer lugar, es importante considerar que, a pesar de su tamaño pequeño, su picadura es altamente peligrosa, pudiendo ser mortal si no se recibe atención de manera oportuna.
Los alacranes tienden a refugiarse en lugares apartados y secos, como detrás de piedras o en huecos. Emiten un sonido similar al de los grillos, pero más prolongado, y pueden hacerlo en cualquier momento del día.
Durante la época de calor, son más visibles, ya que buscan lugares cálidos y protegidos para reproducirse. Suelen anidar en sitios oscuros y húmedos, como escombros, cacharros, jardines, bodegas y huecos en los muros. Incluso, pueden anidar en espacios estáticos dentro de los hogares, como entre la ropa o el calzado poco utilizado.
Los alacranes suelen cazar por las noches y esconderse durante el día, pero pueden salir y picar si perciben la presencia de alguien cerca.
Por ello, se recomienda, especialmente en épocas de calor, tomar medidas preventivas como colocar cielo raso en los dormitorios, encalar las paredes exteriores, instalar mosquiteros y mantener limpio el patio.
Además, es importante revisar la ropa de cama antes de acostarse, inspeccionar la ropa y los zapatos antes de usarlos, evitar andar descalzo y usar guantes al realizar tareas de campo como levantar piedras o cargar leña.
Aunque los alacranes generalmente habitan en la Mixteca poblana, no se puede descartar su presencia en la ciudad de Puebla, especialmente en áreas rurales o colonias aledañas.