De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México, el Códice Borgia o (Códice Yoalli Ehécatl) es un manuscrito mesoamericano de contenido ritual y adivinatorio.  Se cree que fue escrito antes de la conquista de México, en algún lugar en el sur de Puebla, para ser más exactos en la Mixteca, llamada por historiadores Mixtequilla. Aunque también se presume que pudo tener origen en los límites de Oaxaca.

Dicho códice está hecho de piel curtida de venado de unos 10.34 metros, doblada en forma de biombo y con 39 secciones, cada una de las cuales mide aproximadamente 27 por 26.5 centímetros. Lamentablemente, la primera y la última sección presentan un visible deterioro, debido a una quemadura.

La historia de cómo llegó este manuscrito a Europa se desconoce, pero expertos del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM opinan que fue su colorido y llamativo aspecto, el que captó la atención de quienes los trasladaron hasta Roma, para después pasar a manos del cardenal italiano Stefano Borgia durante los años de 1731-1804.

Uno de los relatos más populares de Alejandro de Humboldt sobre la historia del Códice Borgia, dice que el manuscrito llegó a manos de la familia Giustiniani y sin saber el valor que tenían estas pinturas, dejaron que el hijo del conserje tomara el manuscrito para después prenderle fuego causando un daño irreversible a la historia del conocimiento mesoamericano.

Se dice que cuando estaba siendo quemado el códice, el Cardenal Borgia, que era un culto amante de las antigüedades, pasaba por ahí y sorprendido por la escena, le quitó el manuscrito al niño y se lo llevó. Antes de morir, Borgia donó el Códice a las colecciones de la Sacra Congregatio de Propaganda Fide, hasta que fue trasladado a la Biblioteca Apostólica Vaticana, lugar en el que se encuentra actualmente nuestro códice.

De acuerdo con la revista Arqueología Mexicana, el investigador y maestro en historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Xavier Noguez, asegura que gracias a este códice podemos observar la imagen de gran tamaño de Tezcatlipoca, el dios azteca de la noche y todas las cosas materiales, además de dos deidades femeninas, que han sido identificadas como Chalchiuhtlicue, “Diosa del agua viva” (derecha), y Xochiquétzal, “Diosa de las flores, como diosa solar”.

En general, el códice muestra las asociaciones entre períodos de tiempo, dioses e "imágenes mánticas" o iconografía con un contenido adivinatorio.

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