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Cinco pirámides que permanecieron ocultas por años en Puebla

Estas pirámides, ahora desenterradas y estudiadas, son testimonio impresionante de la historia y cultura de las civilizaciones antiguas que habitaron el estado

Teteles de Santo Nombre se ubica en Tlacotepec de Benito Juárez | Instagram Mario peztananotario
12/01/2024 |18:18
Erika Rodríguez
RedactorVer perfil

Entre las maravillas arqueológicas de Puebla, hay algunas que permanecieron ocultas y envueltas en misterio miles de años.

Estas estructuras, construidas por antiguas civilizaciones, fueron cubiertas por densa vegetación, ocultando su magnificencia hasta su redescubrimiento.

A continuación te presentamos cinco pirámides que salieron a la luz después de estar escondidas durante miles de años.

Pirámide de Cholula

La Gran Pirámide de Cholula, mejor conocida como Tlachihualtepetl (cerro hecho a mano), fue construida por distintas comunidades para honrar a Quetzalcóatl, una de las principales deidades de la cultura mesoamericana.

De acuerdo con los investigadores, la construcción de este templo dio inicio en el siglo II A.C. y se cree que finalizó entre el 900 y 1100 d.c. Tiene 450 metros de ancho y 66 metros de altura.

Los expertos aseguran que con estas cifras es considerada la pirámide más grande de la Tierra, con una base cuatro veces más grande que la Gran Pirámide de Giza y casi el doble de volumen.

Sin embargo, esto no se puede apreciar a simple vista debido a que gran parte de esta colosal estructura está oculta bajo una montaña.

Debajo de la pirámide de Cholula hay una serie de túneles que fueron creados por arqueólogos en el siglo XX para entender la historia y estructura de este monumento religioso y arquitectónico.

La historia dice que hasta que comenzaron la construcción de un manicomio en 1910, nadie sabía que se trataba de que era una pirámide e incluso los españoles cuando llegaron solo vieron una gran montaña donde erigieron una pequeña capilla en honor a la Virgen de los Remedios.

Zona arqueológica de Ndachjian

La zona arqueológica de Tehuacán NdachJian, se localiza en el estado de Puebla, en el municipio de Tehuacán cerca de poblado de San Diego Chalma.

De acuerdo con información publicada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la época prehispánica fue la ciudad más importante del oriente del actual estado de Puebla.

El sitio se desplanta sobre una meseta baja, al pie de la elevación conocida como cerro Colorado; el asentamiento creció de norte a sur tomando la forma de una «Y» invertida, cuya aspa derecha baja hasta los terrenos del valle, ahora conocidos como Calcahualco.

Teteles de Santo Nombre

Aproximadamente a dos horas de la capital poblana se encuentra la increíble zona arqueológica de Teteles de Santo Nombre. Fue habitada por la cultura popoloca, que tuvo su apogeo entre los 400 y 650 d.C.

Esta zona fue considerada uno de los asentamientos urbanos más importantes del periodo Clásico en la región del centro de México, alcanzando su florecimiento entre el año 400 y 650 d.C. siendo contemporáneo de grandes ciudades como Teotihuacán y Cholula.

Fueron varias las pirámides ya descubiertas, ya que estas se encontraban inmersas por una gran vegetación. Cabe destacar que la pirámide más grande tiene más de 22 metros de altura, presentando ciertas similitudes arquitectónicas con la antigua Teotihuacán.

Tepexi el Viejo

Esta zona arqueológica fue fundada por el pueblo popoloca en la frontera entre las poblaciones mixteca y náhuatl y fue tributaria del Imperio Azteca.

De acuerdo con Instituto Nacional de Antropología e Historia, el nombre de esta zona arqueológica en Popoloca es "Tahná" que significa “pequeño monte”, y fue uno de los sitios más importantes de la zona entre los años 1200 y 1500 d.C.

Este sitio se construyó en la cima de un cerro y está limitado en sus tres lados por barrancas de 140 metros de altura. Con el tiempo, la erosión y la flora del lugar desértico hicieron que fuera confundida con una colina.

El INAH señala que este asentamiento prehispánico, fue construido por los popolocas para protegerse de los ataques de los aztecas.

Cerro San Miguel

Por años, los pobladores de Atlixco habían asegurado la existencia de una pirámide en cerro de San Miguel, hasta que en el 2023 el INAH confirmó la existencia de este templo prehispánico.

El hallazgo ocurrió durante obras ordenadas por el gobierno local y estatal para renovar la iluminación de la capilla de San Arcángel y rehabilitar los andadores y miradores.

Durante estas remodelaciones, los trabajadores encontraron vestigios arqueológicos hechos con tierra y piedras. Luego de ser analizados por el INAH, éste llegó a la conclusión de que estos descubrimientos fueron obra de los antiguos pobladores de Atlixco, antes conocido como Cuauhquechollan, que significa “el lugar del águila del plumaje precioso”.

En el lugar también se encontraron fragmentos de vasijas de barro, así como herramientas y ornamentos de piedra, cuya antigüedad datan del periodo Preclásico Tardío al Posclásico Temprano de los mesoamericanos.

Por último, los arqueólogos no descartan que por debajo de la capilla virreinal estén ocultos más segmentos del templo y pistas para descubrir a qué deidad estuvo dedicado antes de la llegada de los españoles.