Puebla no está exenta de daños ecológicos. Factores como el desarrollo económico, el crecimiento poblacional o simplemente el saqueo ligado al comercio ilegal afectan su patrimonio natural.
En términos generales, se considera como daño ecológico toda alteración que modifica en forma negativa el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, los bienes o valores colectivos.
Las acciones nocivas tanto de empresas como de particulares ponen en grave riesgo el bienestar social y atentan contra los recursos naturales de los poblanos.
Estos son algunos de los principales problemas ambientales en la entidad:
El caso más visible es el del Río Atoyac, cuyo cauce se aprecia desde hace años bajo un riesgo más allá de lo crítico. A pesar de esfuerzos de organizaciones sociales y los tres niveles de gobierno, la afectación al cauce del Atoyac no se ha podido revertir. En concreto, la calidad del agua en la Cuenca Alta del Atoyac ha sido devastada por las aguas residuales industriales y municipales, así como por los desechos que los habitantes locales, que pasan por poco o ningún tratamiento.
Un caso particular de daño ecológico lo constituye el robo de plantas endémicas de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán. La sustracción ilegal de las plantas endémicas, como el maguey llevó a los encargados del área a capacitar brigadas de vigilancia en Tehuacán, Zapotitlán Salinas, San Martín del Valle, San Juan Raya, Caltepec y Acatepec, donde los comuneros hacen recorridos para identificar alguna anomalía o extracción de plantas.
La Laguna de Alchichica tiene un alto valor ecológico y científico. Se trata de un sitio único en el planeta. Sin embargo, el ex alcalde de Tepeyahualco, Eyerim Espinosa Sosa, otorgó supuestamente los permisos para construir un muelle para el arribo de lanchas turísticas.
En septiembre del 2021, la introducción de maquinaria y la colocación de 12 postes de concretos provocó la destrucción irreversible de una parte importante del arrecife, por lo que el 1 de octubre de ese año, las obras fueron clausuradas por el gobierno estatal, además de que no tenía los permisos ambientales correspondientes. El daño ecológico derivó en la aprehensión y procesamiento legal del ex alcalde.
El año pasado, a raíz del incremento en la producción de mezcal se registró un aumento en el robo de magueyes. El incremento de la producción de mezcal en la zona de Zapotitlán Salinas y Caltepec originó un daño ecológico y un saqueo constante de magueyes para la producción.
Los productores de esos municipios tratan de procesar mezcal a mayor escala, lo que además provoca un conflicto social y tensión por el constante robo de magueyes.
Un tema peculiar es el de los rellenos sanitarios de la entidad que como en el caso del de Tehuacán, que permanece clausurado al carecer de una planta procesadora de residuos, así como de una planta para el manejo de lixiviados, propician la contaminación del subsuelo y de los mantos freáticos.