Si algo distingue a los poblanos es que son sociables, les gusta ser buenos anfitriones y aman las fiestas.
Sólo quien se aprecie de ser un poblano de corazón confirmará que las siguientes celebraciones son las más bonitas y añoradas año con año.
Algunas se desarrollan en el primer semestre del año, por lo que ya se vivieron con mucho entusiasmo, pero faltan otras que puedes conocer para la segunda mitad del 2023.
Esta es una de las celebraciones más representativas de Puebla, pues desde hace 155 años se celebra entre febrero y marzo con motivo de la Cuaresma, previo a los oficios religiosos de Semana Santa.
Las familias del municipio de Huejotzingo, de generación en generación, incluyen en sus presupuestos todo lo que requerirán para cada edición del carnaval, desde los trajes, capas, máscaras y mosquetones que lucirán en el desfile, hasta la comida y bebida que compartirán con sus invitados.
La fiesta comprende tres escenificaciones históricas, como la representación de la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, el rapto de la hija del corregidor que hizo el bandido Agustín Lorenzo y el primer matrimonio de una pareja indígena por medio del rito católico.
Los poblanos acuden a esta celebración donde hay música, danzas, vistosos vestuarios, comida y más atractivos.
Incluso, los poblanos que radican en Estados Unidos llegan en esa temporada a Puebla o envían sus respectivos billetes verdes para que sus familias lo disfruten.
Los libros de historia registran que el 5 de mayo de 1862 fue la Batalla de Puebla, entre soldados del Ejército de Oriente contra los franceses, en los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
Justo en esta zona, cada mayo, se lleva a cabo la tradicional Feria de Puebla para conmemorar este hecho.
Los poblanos se enorgullecen con un desfile cívico-militar en el que estudiantes preparan vestuarios y tablas rítmicas con semanas de anticipación.
Acudir al recinto ferial es parada obligada para cantar con los artistas que se presentan en el Palenque o en el Teatro del Pueblo, además de comer antojitos poblanos, gritar en los juegos mecánicos y disfrutar de los espectáculos que se ofrecen para niños, adultos, familia y visitantes de varios estados o países.
Julio, agosto y la primera quincena de septiembre es el periodo más esperado por los poblanos, pues los campos comienzan a dar los frutos - incluyendo la nuez de Castilla-, para la preparación de los chiles en nogada.
Debes ser poblano o vivir en Puebla para comprender que para las familias de esta ciudad esta temporada es como la Navidad.
Las familias poblanas se organizan entre sus integrantes para la preparación de este platillo conocido a nivel internacional.
Algunos picarán la fruta, otros pelarán las nueces, unos más cocinarán, otros capearán los chiles y todos juntos comerán alrededor de la mesa como en Navidad.
Incluso, los poblanos que radican en otras ciudades retornan a sus casas para convivir con los amigos, los padres, abuelos o demás parientes.
Los más prácticos lo harán en algún restaurante o cocinas económicas de la ciudad de Puebla y de cualquier municipio de la zona conurbada, de la Sierra Norte o del valle de Tehuacán, porque prácticamente en cualquier rincón del estado se cocina este platillo, lo que también genera una importante derrama económica.
Cada octubre, los poblanos del Valle de Tehuacán esperan otro de los platillos de temporada de la gastronomía de Puebla: el mole de caderas.
Es un platillo caldoso y con chile que se prepara con el cocimiento del espinazo y caderas de chivos de la región.
Es prácticamente una preparación orgánica, porque se trata de carne pegada al hueso, resultado de la alimentación que tienen los chivos a base de sal y algunas biznagas de la región.
Este platillo cada vez conquista más paladares y para los poblanos es motivo de celebración poder degustarlo, acompañado de un poco de mezcal, también producción poblana.
México es conocido a nivel mundial por esta celebración, pero cada entidad tiene su peculiaridad y Puebla no es la excepción.
Tanto en la ciudad de Puebla como en Huaquechula, Tochimilco, Chignahuapan, San Gabriel Chilac, Tlacotepec y otras localidades, los últimos días de octubre y los primeros de noviembre son una celebración.
Cada uno se esmera en mostrar cómo reciben a sus muertos, algunos levantan ofrendas monumentales, hacen espectáculos de luces y danzas prehispánicas, otros marchan con antorchas y presentan un corredor de ofrendas dedicadas a personajes del ámbito de la cultura, historia, política, música, cine y otros sectores.
Si quieres comprobar que los poblanos de verdad aman la fiesta y están orgullosos de sus celebraciones, estás a tiempo de vivir una de sus celebraciones más importantes y probar por qué reconocen que las monjas del ex convento de Santa Mónica se sacaron un 10 al crear los chiles en nogada.