Integrantes de la Iglesia católica se reunieron en el Zócalo de la ciudad de Puebla para rezar en protesta por la escenificación de la "Última Cena" como parte de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Los feligreses recitaron el Santo Rosario como una expresión de indignación por el performance de drag queens representando la Última Cena.

Durante el rezo, se exhibió una lona con la imagen de los Juegos Olímpicos, una cruz y la frase: “Mi fe no es un juego”. Congregados en torno a la fuente de San Miguel, los creyentes expresaron su protesta pública por lo que consideraron una blasfemia cometida durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el pasado 26 de julio.

Los organizadores solicitaron a los asistentes llevar elementos que los identificaran como católicos, como velas, rosarios o crucifijos.

Se estima que más de un centenar de miembros de la comunidad católica, que se sintieron agraviados por la escenificación, acudieron al llamado. La representación no solo ha sido criticada en México, sino en varios países.

Durante el rezo del Santo Rosario, los asistentes se protegieron del sol con gorras, sombreros y paraguas. Entre las organizaciones presentes destacó el Frente Nacional por la Familia.

En Francia, la Parroquia de Alfonso de Liguori convocó a nivel mundial a rezar el rosario como protesta por el performance “Festividad” en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.

Debido a las protestas, principalmente de grupos religiosos a nivel internacional, los organizadores de la ceremonia inaugural han ofrecido disculpas y trataron de explicar su visión, indicando que se trató de una representación del dios griego Dionisio.

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