El estado de Puebla posee una riqueza patrimonial en templos religiosos y museos, los cuales albergan valiosas piezas en lienzos, esculturas, pinturas y otro tipo de objetos.
Por ello, Puebla ocupa los primeros lugares por el delito de robo de arte sacro, seguido del Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala y Guanajuato, de acuerdo con una publicación del Centro Católico Multimedia.
En el 2012, la Arquidiócesis de Puebla dio a conocer que del 15 de junio de 1999 al 2012 se había registrado el robo de más de 400 piezas de arte sacro de los siglos XVI al XVIII, principalmente esculturas y lienzos de la zona de Cholula.
A partir de entonces, tomó la iniciativa de crear un catálogo para conocer lo que posee cada templo religioso bajo la custodia de la Arquidiócesis de Puebla, así como establecer la cooperación de los mayordomos o feligreses para vigilar sus templos y evitar los robos.
Hubo quienes optaron por colocar sistemas de alarmas y circuitos cerrados de televisión, así como turnarse entre los habitantes para cuidar los templos mañana, tarde y noche.
Sin embargo, eso sólo sirvió para identificar las piezas en caso de ser robadas y que se pudieran recuperar, pero no evitó que disminuyeran los delitos.
Robos registrados
Algunos de los hechos que se conocieron por el robo o recuperación de piezas de arte sacro fueron los siguientes:
En mayo de 2013, la entonces Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales, informó sobre la recuperación de varias piezas consideradas como monumentos históricos y que contaban con reporte de robo en los estados de Puebla y Zacatecas.
En el caso de Puebla se trató de un par de estribos de plata del siglo XIX, que pertenecían a la silla de montar de la imagen de Santiago Apóstol y que fueron robados hace años en Puebla. Las piezas iban a ser subastadas por la casa Morton, en Lomas de Chapultepec, Ciudad de México.
En diciembre de 2018 se reportó la recuperación de las imágenes de Santa Ana y San Joaquín, que datan del siglo XVIII, mismas que contaban con reporte de robo desde 2001 por un templo de Puebla.
Agentes del Ministerio Público adscritos a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales de la FGR recuperaron las dos esculturas en madera en una tienda de Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México.
En febrero de 2014 se conoció uno de los robos más importantes registrados al interior de San Pedro Museo de Arte, donde desaparecieron 27 piezas de plata conformadas por esculturas de ángeles, medallones, candeleros, jarrones y charolas del siglo XVI al XIX. El monto de lo robado se valuó en 250 mil pesos.
En el 2021, el gobierno del extinto Miguel Barbosa Huerta reportó la desaparición de mil 982 piezas en el Museo José Luis Bello y González, ubicado en la 3 Oriente.
En aquella ocasión, el titular de la Secretaría de Cultura era Julio Glockner Rossainz y renunció al cargo no sin antes señalar a Ernesto Cortés, director de Museos Puebla, del descuido en el que mantenía a los recintos culturales de la entidad.
En enero de 2023, durante su comparecencia ante el Congreso como parte de la glosa del Cuarto Informe de Gobierno, Sergio Vergara, secretario de Cultural estatal, informó que hay 10 denuncias presentadas ante la Fiscalía General de la República por el robo de arte, de las cuales dos fueron presentadas por la dependencia a su cargo y ocho por la Secretaría de la Función Pública estatal.
Añadió que la colocación de chips, los cuales contienen información de cada una de las piezas, forma parte del sistema electrónico de protección a las colecciones.
A decir del arquitecto Javier Martínez Burgos, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el robo y tráfico de arte sacro es recurrente porque no hay un marco legal que lo defina, tampoco existe un catálogo nacional que ayude a combatir su desaparición y en la mayoría de los casos cuando se cometen robos, no se denuncian.
Son los templos católicos de Puebla, Jalisco, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos, Guanajuato, Zacatecas y Estado de México los que más han sido saqueados en los últimos 20 años y las autoridades suponen que los principales clientes de los ladrones son galerías privadas, coleccionistas y anticuarios de la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Estados Unidos.