Aunque el origen de la mayoría de las camadas de los tradicionales huehues en los carnavales en la entidad apuntan a finales del siglo XIX y principios del XX, la realidad es que son grupos que provienen desde la época prehispánica, días antes del miércoles de ceniza.
Esta tradición se organiza en los antiguos barrios de Puebla, como El Alto, Analco, Xonaca o La Luz, que eran habitados por los indígenas de la ciudad.
Los huehues recorren avenidas y calles y terminan su desfile en el zócalo. Junto con las cuadrillas, desfilan otros grupos y asociaciones de danzantes que buscan preservar esta antigua tradición.
De acuerdo con el historiador Eduardo Merlo, uno de los grupos más antiguos en la ciudad es el de Analco, y posteriormente el de El Alto, donde también se extendió a Xonaca, para posteriormente aparecer en La Luz.
Relató a El Universal Puebla que esos grupos fueron permitidos por los frailes para que anduvieran por todos lados, “echando relajo”, tomando pulque.
El objetivo es que una vez entrada la cuaresma, quedaran saciados y no rompieran las reglas en ese tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua.
“Pero fueron los excesos tan grandes que en el siglo XVIII se prohibieron los carnavales, porque la gente no obedecía y se prestaba a exceso según la Iglesia, pero después vino la Independencia y se quitaron esas restricciones”, detalló.
Explicó que huehues, proviene del Náhuatl, que significa viejo, y responde a una costumbre del mundo prehispánico. Es decir, anteriormente, los indígenas se disfrazaban de viejos para celebrar y beber pulque, que era una bebida que sólo los adultos mayores podían consumir.
Sin embargo, comentó que los muchachos protestaban porque no los dejaban tomar en esas fiestas, por lo que tenían que ponerse una máscara de viejo para poder tomar el pulque. “Así no rompían la Ley porque se convertían en viejos por un instante”.
El especialista recordó que el carnaval lo celebraban prácticamente todos los pueblos antiguos de Europa y Asia. Dicha palabra proviene del latín, carne (carne) y vale (adiós) por lo tanto, en su conjunto significa “Adiós a la carne”.
Los carnavales también se celebran en otros lugares del estado como Tetela de Ocampo, Acatlán de Osorio, Huauchinango y el más característico, el de Huejotzingo.