Año con año y de generación en generación, poblanos y turistas esperan poder presenciar las fiestas de Carnaval en el municipio de Huejotzingo, una tradición que perdura aunque la vestimenta cuesta casi una fortuna.
Desde 1878 se realiza esta fiesta, la cual fue interrumpida únicamente dos años durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19.
Este año, el Carnaval de Huejotzingo se llevará a cabo del 18 al 21 de febrero de 2023.
Esta “fiesta de la carne” se desarrolla en tres importantes momentos: la Batalla del 5 de Mayo de 1862 contra el ejército francés, el rapto de la hija del Corregidor y la representación de un casamiento indígena, que fue el primero bajo el rito de la iglesia católica.
Para estos momentos clave, los danzantes participan vestidos con trajes llenos de bordados de colores, grandes, hechos con hilos de oro y otros más con aditamentos como lentejuelas, chaquira y popotillo.
Esos trajes son confeccionados por familias de huejotzingas que se preparan con anticipación en la compra de telas como linos, satines, terciopelos, así como botones, hilos, madejas, cordones y galones dorados para tener a tiempo la vestimenta.
Uno de los elementos importantes para los huehues es la capa, la cual puede demandar hasta tres meses de confección, toda vez que la mayoría lleva una imagen bordada.
La imagen puede ser de la Virgen de Guadalupe, la de animales como jaguares, leones, dragones o grandes rosas abiertas o en botones de diferentes colores.
Para el sombrero, los danzantes ocupan de ala ancha, pero también los usan cortos que se fijan a la barbilla para que no les gane el peso, ya que son adornados con plumas de avestruz pintadas una por una en tonos rojos, amarillos, azules y verdes.
En el Carnaval de Huejotzingo gran parte de los danzantes son hombres, quienes lucen trajes compuestos por pantalones, camisa y chalecos, o vestimenta militar que requiere galones y botonaduras doradas.
Las mujeres portan faldones de gran vuelo, blusas blancas y sombreros.
Para cumplir con esta tradición, las familias de Huejotzingo heredan sus ropas a las nuevas generaciones, tal como lo hicieron sus ancestros.
En caso de que el tiempo haya hecho estragos en las prendas, las familias se cooperan para elaborar nuevas, tarea que hacen por ellos mismos o se las encargan a vecinos que tienen conocimientos en corte y confección.
La cooperación es importante, pues de acuerdo con comentarios en redes sociales, un traje completo puede llegar a tener un costo superior a los 40 mil pesos, por el precio de los materiales.
Incluso, en esta comunidad expulsora de migrantes a Estados Unidos, es también una costumbre que los connacionales les envíen remesas exclusivamente para que las familias cumplan con la tradición de las fiestas de carnaval.
Para quienes se dedican a elaborar estas prendas, representa un ingreso extra a la economía familia, pues hay quienes pueden comprometerse en hacer hasta 10 trajes en una temporada.
A fin de cumplir con el compromiso y no quedar mal con la palabra empeñada, el diseño y confección se prevén desde septiembre.
