Con la intención de sensibilizar, concientizar y advertir a la población sobre las consecuencias y los riesgos que provoca para toda la vida en el planeta, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) estableció el 24 de octubre como el Día Internacional contra el Cambio Climático.
El cambio climático es toda variación significativa en las condiciones del planeta. Este cambio se ha dado durante décadas, pero cada vez es de mayor preocupación por las afectaciones a grandes extensiones territoriales, alcanzando a más habitantes.
El último informe emitido por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que la temperatura global de la Tierra seguirá al alza y el 2020 fue uno de los tres años más cálidos jamás registrados por la OMM.
Estas alteraciones, principalmente generadas por los gases de efecto invernadero, han sido registradas por los poblanos.
En la primera mitad del 2022, la temperatura promedio fue de 27 grados centígrados para la capital de Puebla, mientras que para la zona norte y suroeste de la entidad, fue de entre 35 a 40 grados.
En 1985, Puebla tuvo una temperatura anual promedio de 17.3 grados centígrados y para 2020 fue de 19.1 grados, lo que representa un incremento de 1.8 grados.
En Puebla, el fenómeno de La Niña dejó estragos en el 2022, al igual que en 2015 y 2016, cuando se registraron pocas lluvias durante el final del primer trimestre y a lo largo del segundo trimestre.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) confirmó que en el territorio poblano hubo un déficit de lluvias menor a 10 por ciento, principalmente en la región mixteca.
Las pocas precipitaciones pluviales incluso, generaron que los niveles de al menos tres presas en el estado estuvieran por debajo del 28 por ciento de su capacidad, tales como:
-Presa Necaxa (28 por ciento de su capacidad)
-Presa Manuel Ávila Camacho (24.5 por ciento), que incluso provocó que los vecinos de la zona no usaran la panga, único medio de transporte para acercarse a los servicios de la capital del estado.
-Presa Tenango (26 por ciento)
En esta materia, Puebla se ubicó dentro de los primeros 10 lugares a nivel nacional, de acuerdo con el informe de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) del 1 de enero al 11 de agosto de 2022.
Hasta esa fecha, el Estado de México ocupa el primer lugar con mil 45 incendios forestales, seguido de Jalisco (922), Ciudad de México (705), Michoacán (590), Chihuahua (488), Chiapas (372), Puebla (319), Durango 269, Veracruz (258) y Morelos (210).
Puebla también estuvo en los primeros lugares con mayor número de incendios forestales en ecosistemas sensibles al fuego.
Jalisco en primer lugar (231), seguido de Morelos (120), Estado de México (117), Chiapas (97), Guerrero (59), Michoacán (49), Oaxaca (43), Colima (41), Puebla (41) y San Luis Potosí (39).
Si bien el 2022 estuvo marcado por una sequía agobiante, también es cierto que a partir de la segunda quincena de agosto y durante algunos días de septiembre, las precipitaciones pluviales fueron tan intensas que provocaron importantes daños.
El 3 de septiembre, pobladores de San Martín Totoltepec, San Felipe Xochiltepec y Epatlán reportaron a las autoridades inundaciones en sus viviendas y daños a los cultivos por las lluvias torrenciales.
Dos semanas después, las lluvias obligaron a evacuar a 50 personas por un deslave registrado en la junta auxiliar de Xitlama, perteneciente al municipio de Zoquitlán, en la Sierra Negra de Puebla.
Para el 24 de septiembre, una tormenta generó estragos en al menos seis escuelas de la ciudad de Puebla y zona conurbada, lo que movilizó a padres de familia a sacar lodo y aguas negras de las aulas y desinfectar los espacios para continuar con las clases presenciales.
Por si no fueran suficientes los cambios que se han resentido en este 2022, vale la pena tomar en cuenta el estudio “La ciudad de Puebla y el cambio climático”, emitido por el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dicho estudio presenta escenarios de cambio climático regional, considerando variables como temperatura, lluvias, aumento en las concentraciones de gases (RCP) y el horizonte de tiempo.
“Por ejemplo, utilizando un modelo climático elaborado en el Reino Unido (HADGEM2_ES) se obtiene un escenario muy adverso para la ciudad poblana a finales de siglo (2075 – 2099). Sería un forzamiento RCP 8.5, durante el mes de agosto. La temperatura máxima podría incrementarse en más de 6 grados centígrados, y la precipitación puede decrecer en ese mes entre 50 a un 70 por ciento”, advierten los científicos.
En general, para la Ciudad de Puebla los escenarios de cambio climático para mediados y finales de siglo apuntan a que la temperatura seguirá aumentando, y que los patrones de precipitación cambiarán a condiciones más extremas.