Seis meses y no se olvida. El caso del bebé Tadeo todavía retumba en la sociedad poblana.

Aunque las autoridades determinaron que la introducción de su cadáver al penal de San Miguel fue para desestabilizarlo, la ciudadanía sigue sin poder creer que lo hayan utilizado.

Asociaciones civiles se pronunciaron en diversas ocasiones para manifestar su repudio sobre el caso.

El hecho tuvo repercusiones en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del Estado de Puebla y en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Ambos organismos se echaron la bolita en un principio sin proponer soluciones a las autoridades.

Finalmente, la CNDH se deslindó y dejó todo en manos de la CDH del Estado de Puebla, que únicamente lanzó una serie de recomendaciones que incluían el control de accesos al penal de San Miguel.

Por su parte, los padres del bebé Tadeo vivieron todo un viacrucis desde el momento en que lo exhumaron hasta que se los entregaron de nuevo para sepultarlo.

Las mismas investigaciones obligaron a la Fiscalía de Puebla a retener más de lo normal el cadáver de la pequeña víctima.

En conjunto con las autoridades de la Ciudad de México, el organismo les entregó a sus padre el cuerpo de Tadeo un mes después del hallazgo.

Cabe recordar que actualmente 17 ex funcionarios del penal de San Miguel, entre ellos los ex encargados de la dirección y subdirección, están presos en el penal de Tepexi de Rodríguez.

También están encarcelados la mujer y los dos custodios que, de acuerdo con la FGE, fueron los responsables de introducir el cuerpo del bebé.

Según lo que reveló, de acuerdo a sus investigaciones sin detallar si lo exhumó ella, la mujer, identificada como Nadia Carolina llevó el cuerpo de Tadeo del panteón San Nicolás Tolentino en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México hasta el penal de San Miguel.

El pasado 10 de enero la dejaron pasar los custodios Jessica y Gerardo.

La mujer posteriormente le entregó el cadáver al interno Antonio, quien fue el que planeó todo para desestabilizar la cárcel estatal.

Tras ocultarlo, se lo entregó a otro reo, identificado como Sergio, quien finalmente lo depositó en el contenedor de basura.

El Cereso de San Miguel está envuelto en la polémica. En días recientes, el gobernador Miguel Barbosa Huerta denunció que sus ex secretarios de Seguridad Pública le mintieron al señalar que se había desmantelado una serie de construcciones y adecuaciones en la cárcel en las que se permitían todo tipo de excesos.

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